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Agricultura regeneradora: una solución simple al calentamiento global

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Poco a poco se han ido incorporando a la memoria colectiva las calamidades que se están presentando como consecuencia del cambio climático, el cual se caracteriza por la ocurrencia más frecuente de huracanes más agresivos y destructivos, la gran cantidad de incendios provocados por las megasequías que resecan el suelo y la piel de la vegetación, nos encontrarnos ya en el inicio de la sexta extinción, con la especie humana levantando la mano para ir primero.

Pero este aumento de conciencia de estar parado en un abismo, provoca por lo menos dos reacciones: hacer como que "no pasa nada" (meter la cabeza en un hoyo) o quedar paralizados de miedo, no podemos correr porque sólo tenemos un planeta no hay más a donde ir. En cualquier caso, la respuesta es la inactividad. Pero aunque hacemos muy poco, señalamos con facilidad las causas como si fuera algo alejado a nosotros, el consumo excesivo de combustibles fósiles en el transporte, en industrias, en la generación de energía y desde luego la agricultura, que ha deteriorado el suelo desde que se inventó el arado, permitiendo que todo el carbono que había sido secuestrado en el suelo por los ecosistemas originales, de plantas, animales y microorganismos, se liberaran a la atmósfera cientos de toneladas de dióxido de carbono, generando más calentamiento global.

Con la industrialización de la agricultura y la separación de la ganadería fuera de los terrenos agrícolas las cosas se agravaron. Ahora los modernos arados continúan abriendo el suelo liberando el dióxido de carbono fijado por los cultivos y el uso excesivo de pesticidas químicos matan lo que queda de un suelo vivo. Mientras tanto en los corrales ganaderos se bombea a la atmósfera metano y amonio.

En la cumbre del clima mundial que se llevó a cabo en 2015 en París, COP21, El Ministro de Agricultura de Francia, Stéphane Le Foll, hizo una propuesta: recuperar los suelos del planeta poniendo énfasis en el concepto de suelo vivo, y cambiando por lo tanto la manera convencional de hacer agricultura, de esta forma, asegura el ministro, toda la producción anual de dióxido de carbono sería biosecuestrada por los microorganismos del suelo. Esto en opinión de Paul Hawken es el único objetivo razonable de la humanidad, transitar a una agricultura regeneradora, que en su sentido más amplio incluye el suelo forestal y el de los pastizales naturales. Dice un agrónomo del Departamento de Conservación de Recursos Naturales: un suelo sano produce plantas sanas, animales sanos, agua sana, personas sanas y un clima sano.

Un suelo vivo, según algunos expertos, contiene miles de microorganismos; un puñado de suelo sano tiene más microorganismos que habitantes en toda su historia en el planeta, los cuales se ubican en torno a las raíces de la planta, las plantas absorben el carbono del aire, producen su alimento y un 40% de este carbono lo conducen a sus raíces, ahí los microorganismos elaboran pegamentos de carbono, crean un hábitat de pequeñas bolsas que controlan el flujo de aire y agua, estos organismos procesan la materia orgánica del suelo produciendo los nutrientes que la planta necesita. Esta es la vía biológica más segura para reducir el carbono de la atmósfera. Lograr esto, significa luego un enfriamiento de la atmósfera. Si no, seguirá el caos climático.

La agricultura regeneradora se basa en la exclusión definitiva del arado, considerado como una de las técnicas más invasivas de la agricultura convencional, igual pasa con los pesticidas, son eliminados, se utiliza la siembra directa y se diseñan policultivos, con especies diferentes de ser posible de familias diferentes, de preferencia de cobertura, de esta manera se construye una agricultura resiliente.

Con la adopción de esta agricultura muchos productores de los Estados Unidos se han salvado de la quiebra después de perder sus cosechas por granizadas, o algún otro problema y además se quedaron sin créditos. Adoptaron la agricultura regeneradora y actualmente son granjas autosuficientes, que no le apuestan a los subsidios para poder ser rentables. Regenerar los suelos agrícolas, forestales y de pastizales es en opinión de muchos expertos, la solución más sencilla para cumplir con las metas de la COP 21 realizada en París.

Vivimos en una región agrícola y ganadera, muchos problemas ecológicos y sociales se asocian a esta actividad, me pregunto si ¿el suelo usado actualmente por la agricultura regional, es un suelo vivo o muerto? Es importante mencionar que, de seguir la tendencia actual de desertificación del suelo a nivel mundial, lo único que nos queda son 60 cosechas. (Basado en el libro de Paul Hawken: un comprensivo plan para revertir el calentamiento global).

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