
Regla de oro, lavar tu rostro por la mañana y la noche.
Muchas veces, una noche de desvelo o trabajar horas extra resulta inevitable, por lo que necesitas conocer algunos trucos para devolverle a la piel la luminosidad perdida.
LAVAR Y APLICAR TÓNICO
Es una regla básica lavar el rostro con agua templada en la mañana y en la noche, pero después solemos olvidar un paso importante para salud del cutis: el uso del tónico. Este ayuda a eliminar el exceso de grasa y equilibra el pH de la piel, dejándola lista para aplicar cremas de tratamiento y maquillaje.
PIEL GLOSSY
Una piel luminosa difícilmente se verá cansada. Después de hidratar, aplica base de maquillaje mezclada con un par de gotas de algún aceite esencial, como manzanilla, lavanda o almendras, que brindará un acabado muy natural. Otra manera es combinar la base fluida con una gota de iluminador líquido.
ROSTRO RELAJADO
Una sesión de yoga facial puede hacer magia para revitalizar la piel en cuestión de minutos. Se trata de un auto masaje que estimula la circulación y disminuye la tensión muscular causada por el estrés y la falta de sueño. Puede practicarse diariamente, directamente con los dedos o con herramientas especiales.
TONOS ADECUADOS
Hay que evitar las paletas oscuras, que acentúan los rasgos y el aspecto cansado, es mejor optar por tonalidades corales, melocotón y rosas en ojos, rubor y labios que dan un semblante más cálido.
OJOS GRANDES
Cuando los ojos se hacen más pequeños y lucen apagados, el secreto para lograr una mirada vivaz y amplia es sencillo: se debe trazar una raya blanca en la línea del agua del ojo y luego recurrir al rizador de pestañas y a una máscara que acentúe las curva de los vellos.
CORREGIR E ILUMINAR
Para enfrentar esos días en los que las ojeras y otras imperfecciones se acentúan, el corrector es indispensable para usar de forma localizada. Tampoco puede faltar en el estuche el iluminador, sea en polvo o en barra, para aportar luz a puntos estratégicos del contorno.
Ejercicios faciales aportan lozanía al rostro.