Esta temporada tan bonita, la más esperada por muchos de nosotros nos trae muy gratos recuerdos, desde la infancia y la añorada convivencia de tantos seres queridos, muchos de ellos ya ausentes, los alimentos compartidos durante las fiestas y en especial en la cena de Nochebuena en que la pequeña mesa milagrosamente se hacía grande, tantas noches inolvidables para mi memoria como inolvidable es la fecha del 22 de diciembre de 1996, si la tarde de domingo en la que Santos Laguna, mi Santos Laguna obtuvo su primer campeonato, tarde de gloria para la Laguna y para una tropa decidida, firme en objetivos comandada por Alfredo Tena.
La fecha quedó grabada en los anales del Club y en la memoria de la afición que anhelaba con toda su alma ver a nuestro equipo campeón, los días previos se vivieron con ilusión, el contundente pase a la final doblegando a Toros Neza auguraba que lo mejor estaba por venir, el regreso de Cd. Neza vía Monterrey y con escala previa en Parras fue de ilusión pero también de angustia por la baja de Jorge Rodríguez, una sensación agridulce, en lo personal completamente llena de ilusión por el nacimiento de mi hija Paulina dos días antes del partido de vuelta ¡trajo la torta bajo el brazo! La pude ver prácticamente hasta después de la inolvidable tarde de ese 22 de diciembre, Mariana su hermana más santista que nadie, me esperaba en casa junto a mis padres, imagen imborrable y presente en mi corazón en mi memoria y más aún en mi corazón.
Las felicitaciones entre los integrantes de aquel plantel se hacen presentes en esta fecha y vienen acompañadas de los buenos deseos por la Navidad y el ya cercano año nuevo, todos no hay uno que no lo haga piden expresar por medio de esta columna sus mejores recuerdos y gratitud para la afición recordando a los que ya no están. El monumento a Jared en el nuevo Estadio lo inmortaliza al igual que el hecho, permanece indeleble sosteniéndose en el aire para concretar el pase de Nicolás Ramírez en el área de la portería sur, el júbilo de la afición y aumentado al momento de que Arturo Brizio pide el balón a un sorprendido Chava Mariscal presto a reclamar y que levanta los brazos en explosión de alegría, una de mis fotografías favoritas fundido en abrazo con mis rudos Pedro Muñoz y mi capitán Paco Gabriel de Anda, con Nicolás, con mi querido viejo Ricardo Luna y mis entrañables Alfredo Tena, Vinicio Bravo, Pepe Vantolrá, Luiz Duarte, Carlos Pecanha, Simón González y un casi niño Juanito Lara.
Gracias a la vida, al futbol y a mis colores. ¡Feliz aniversario, feliz navidad y un abrazo para ustedes y para mis queridos y entrañables compañeros!
Jorge Galván Zermeño