Tener miedo es parte de ser humano. El impacto psicológico del miedo puede ser complicado y disfuncional en la mayoría de las personas. Tener una buena idea sobre el impacto del miedo en el funcionamiento social y ocupacional, y sobre los factores que lo generan, es un buen inicio para entenderlo y manejar los problemas que normalmente genera.
Entre las diferentes clases de emociones, incluyendo estrés, enojo, tristeza, ansiedad, y felicidad, el miedo es considerado una de las mas fuertes en los seres humanos. El miedo en una persona puede ser de tal intensidad al grado de limitar las capacidades de pensar y de inteligencia ante una circunstancia emergente e inesperada. Un miedo incontrolable puede provocar inmovilidad u otro movimiento involuntario, huir o enfrentar aquello que provoca el miedo como forma de protección. Esto quiere decir que nuestro cuerpo reacciona fuera de nuestro control, ya que la respiración, el corazón, los músculos, la circulación sanguínea y otras funciones biológicas, se activan y cambian fisiológicamente al enfrentarnos a una situación amenazante. La tendencia a protegernos ante una situación de peligro que provoca el miedo es natural y automática, algo así como presionar un botón rojo de emergencia.
El miedo tiene sus orígenes en la evolución humana. Muchos de los miedos fueron aprendidos por medio de experiencias personales y evolucionaron a través del tiempo. Durante la época prehistórica, la gente aprendió a temerle a todo aquello que implicaba peligro y destrucción, por ejemplo, a los depredadores, las erupciones volcánicas y a lo desconocido. Con el tiempo, los miedos se transformaron en algo mas complejo. En la actualidad, hablamos de miedos a los secuestros, violencia, acoso en el Internet o en la escuela, hablar en público, temor a ciertos insectos o animales, a la muerte, al fracaso, causando en mucho de los casos impacto psicológico o trauma severo, como es el caso de violencia, donde posiblemente se vivió una situación de terror. Existen ciertos miedos irracionales, por ejemplo, miedo a las arañas o a las serpientes, a la altura, a viajar en avión, a las infecciones, los cuales reciben el nombre de fobias. Miedos crónicos o prolongados que no son atendidos psicológicamente o medicamente pueden conducir a patologías como ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo o problemas gástricos.
Algunos de los factores que intensifica el miedo es la experiencia de haber sido victimizado de un acto violento como violación, homicidio, robo, ser testigo de violencia entre pandillas, etc. En México y otros países en el mundo, por ejemplo, la inseguridad ciudadana debido a esta violencia ha impactado no sólo la libertad de la comunidad, sino también la calidad de vida en general, además de la sensación de haber sido violado en sus derechos humanos y la desesperanza de no confiar en las autoridades o gobiernos que no producen resultados para controlar el crimen organizado. En Torreón, como ilustración, hace varios años fue muy impresionante ver las calles del centro vacías y varios negocios cerrados, debido a que la gente tenía temor de salir a la calle y ser asaltado, agredido o estar en medio de una balacera. Tremendo contraste con la experiencia de caminar por la Avenida Morelos durante la década de los setenta.
De acuerdo a un reporte de una encuesta administrada por Consulta Mitofsky (MUCD, noviembre 2018), "los mayores miedos que enfrentan los mexicanos tienen que ver con la inseguridad, los secuestros y los temblores". Según los resultados de esta encuesta, "82% de los mexicanos afirmó tener miedo a la inseguridad, 72% a los secuestros y 68% al narcotráfico". El reporte también informa que 34% de los mexicanos tienen miedo o fobia a fenómenos sobrenaturales, específicamente a los fantasmas. La inseguridad no sólo infunde miedo a nivel de la persona que es víctima de un crimen, sino en la vida cotidiana de una comunidad. Un miedo a la inseguridad que también se difunde de manera muy gráfica y detallada en las redes sociales y los de diversos medios de comunicación como las noticias.
Seguramente, existen muchas victimas de violencia quienes aún viven con el trauma de la experiencia de terror vivida en persona, de un familiar o amistad o haber sido testigo de una tragedia violenta. La buena capacidad de resiliencia de muchas personas es de ayuda para salir adelante, pero muchos otros, particularmente los niños, el miedo no es una cosa de simplemente olvidar sobre la experiencia. Intervenciones estructuradas como algunas psicoterapias y técnicas de apoyo pueden ser de mucha ayuda para manejar el miedo. Para muchos algunas técnicas espirituales administradas por un clérigo con entrenamiento especifico pueden ser de apoyo también. Gracias por su interés en esta columna.