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Las historias que cuenta el cementerio Guadalupe en Gómez Palacio

El Siglo de Torreón realizó un recorrido nocturno por el cementerio Guadalupe para conocer las historias y secretos que cuenta

Ante las experiencias sin explicación que han vivido los trabajadores del cementerio Guadalupe en Gómez Palacio, han optado por no recorrer la zona por las noches, mucho menos sin compañía. (FERNANDO COMPEÁN)

Ante las experiencias sin explicación que han vivido los trabajadores del cementerio Guadalupe en Gómez Palacio, han optado por no recorrer la zona por las noches, mucho menos sin compañía. (FERNANDO COMPEÁN)

GUADALUPE MIRANDA

El que debería ser un lugar de paz y tranquilidad para quienes han dejado este plano terrenal, para los vivos es un sitio donde se generan historias que llegan a erizar la piel y para otros más es el lugar ideal para invocar a fuerzas oscuras.

Por años, Aurelio Gallegos Sánchez fue un velador y panteonero en el cementerio municipal Guadalupe de Gómez Palacio, uno de los más antiguos de la región, donde fue testigo de hechos de los que aún no tiene una respuesta.

Durante un recorrido desde los pasillos oscuros del panteón, recordó que en una ocasión, siendo velador, tomaba café y veía el televisor a unos metros de la puerta de la oficina cuando ruidos al interior rompieron el silencio que reinaba en el lugar.

"Cuando estuve de velador, estábamos viendo la tele cuando como a las 12:00 miré que pasó un pelado y volvió a pasar. Abrí la oficina, salí, pero la figura se perdió entre los truenos (árboles) y dije pues: 'pa' adentro'", compartió don Aurelio quien por cuestiones de salud, ahora se desempeña como jardinero del lugar.

Don Aurelio reconoce que recorrer los pasillos del camposanto no es igual en el día que en la noche, "en el día se siente una paz y por las noches se siente una intranquilidad, como cuando no estás solo y sientes que todo el tiempo te están mirando".

Otra de las historias que todavía le ponen el corazón a latir con más rapidez y que lo mantiene con una serie de preguntas como si habrá sido cierto lo que vio.

Cuenta que en una noche, en la que era necesario recoger unas herramientas de un extremo a otro del cementerio, en su camino comenzó a escuchar el llanto de un niño, el cual cada vez se iba haciendo más fuerte.

Eran como las 11:30 de la noche, relata, cuando al caminar rumbo al área conocida como "de los angelitos", llamada así al estar destinada especialmente para los niños, el llanto apareció. "Tuve que cruzar por en medio (del panteón) y oía que lloraban y lloraban, cuando los perros comenzaron a ladrar de forma insistente, como tratando de ahuyentar a algo o a alguien".

Una pequeña pasó frente a él corriendo y pensó "se perdería", pero en su intento por buscarla, la silueta de una pequeña con vestido, desapareció en medio de la oscuridad. "Apenas iba por las herramientas, llegué a la bodega y les marqué", cuenta aún con nerviosismo.

Son muchas historias las que se escuchan del lugar, dice don Aurelio, "los vecinos de atrás (Trincheras) dicen que se oyen ruidos todo el tiempo y otros que se ven pájaros grandes".

Otros trabajadores comentaron que en el área donde anteriormente se encontraban los hornos para llevar a cabo la incineración de cuerpos, hoy fuera de funcionamiento, se veía y se escuchaba el lamento de una mujer. Incluso, algunos experimentaron el que "algo" logró tocar su hombro al caminar.

Debido a estas experiencias, muchos de los trabajadores, sobre todo los veladores, han optado por no recorrer la zona por las noches y menos sin compañía.

INVOCAN OTRAS FUERZAS

Más que ser la última morada para muchos, para otros es el lugar perfecto para ofrecer trabajos como el limpiar de malas energías e incluso para atraer el amor.

Don Aurelio, comparte que ya sea de día o de noche, el panteón también es visitado por otras personas para hacer esos trabajos a cambio de dinero.

Dice que prueba de ello están los frascos o muñecas con alfileres que llegan a toparse durante sus jornadas de limpieza. Los trabajadores solo se limitan a romper los frascos y llevarlos a la basura.

Impedir el acceso es imposible, reconoció el trabajador, "pues se ponen bravas", por lo que optan por dejarlas trabajar, sobre todo ahora que la presencia policiaca al interior es nula. "Antes un grupo de policías en motocicletas recorrían los pasillos durante las noches".

Una de las capillas ha sido utilizada para todo ese tipo de actividades. Se localiza en medio del panteón, donde al exterior se colocó una imagen de lámina, "como la de un vampiro", dijo don Aurelio.

Al interior se encuentra una escalera que lleva hasta la parte baja de la capilla, la cual se encuentra rodeada por ocho gavetas de un lado y otras ocho del otro lado. La mayoría fueron profanadas y los restos se pueden apreciar desde lejos.

Al fondo, una mesa en la que se encuentra la figura de bulto de San Antonio, a quien según la tradición se le reza para conseguir novio. A sus pies, varias botellas vacías de alcohol así como cenizas y algunas figuras en el piso. A los costados, se podía leer la leyenda "Satanás".

Mientras don Aurelio da una demostración del lugar, apoyado con la luz de su celular, uno de los perros que fueron adoptados por los trabajadores del panteón no se le separa ni un momento. Atento, el can lo espera justo en la entrada de la capilla.

"La dueña ha puesto candados pero siempre los violentan", dice el trabajador, quien comenta que no es el único lugar de este cementerio que es utilizado para tales labores. Cuenta además que no hay una temporada para que esas personas realicen sus trabajos en este lugar, "pues todo el año se les puede ver", dice.

Es por ello que don Aurelio no sabe si sentir mayor temor a vivir una nueva experiencia sin explicación, o bien, sufrir el ataque de un ser vivo que desea ingresar al lugar a la fuerza.

SOLO TRABAJO

En el marco de la celebración del Día de Muertos, don Aurelio Gallegos dijo que el trabajar entre ellos le ha dado la oportunidad de acumular incontables historias, en las que le ponen a pensar sobre "qué habrá después de la muerte".

El cementerio Guadalupe en Gómez Palacio es uno de los más antiguos en la Comarca Lagunera. (FERNANDO COMPEÁN)
El cementerio Guadalupe en Gómez Palacio es uno de los más antiguos en la Comarca Lagunera. (FERNANDO COMPEÁN)
'En el día se siente una paz y por las noches se siente una intranquilidad, como cuando no estás solo y sientes que te están mirando todo el tiempo”. AURELIO GALLEGOS, Jardinero del cementerio Guadalupe.
'En el día se siente una paz y por las noches se siente una intranquilidad, como cuando no estás solo y sientes que te están mirando todo el tiempo”. AURELIO GALLEGOS, Jardinero del cementerio Guadalupe.
Don Aurelio relató que en una noche comenzó a escuchar el llanto de un niño, el cual se iba haciendo cada vez más fuerte. (FERNANDO COMPEÁN)
Don Aurelio relató que en una noche comenzó a escuchar el llanto de un niño, el cual se iba haciendo cada vez más fuerte. (FERNANDO COMPEÁN)
Uno de los perros adoptados por los trabajadores del cementerio no se le separa a don Aurelio. (FERNANDO COMPEÁN)
Uno de los perros adoptados por los trabajadores del cementerio no se le separa a don Aurelio. (FERNANDO COMPEÁN)

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