Verdades y rumores
Cuentan que la organización fue una de los grandes ausentes en la toma de protesta de dos días del alcalde torreonense Jorge Zermeño. Nuestros subagentes disfrazados de micrófonos nos reportan que los "detalles" abundaron en los actos realizados el 31 por la mañana y los dos del primero de enero. Desde tener que mover de silla al flamante director de Salud, Manuel Acuña, para dejar asiento a la primera dama, Astrid Casale, hasta la falta de sitio para el secretario del Ayuntamiento, Sergio Lara, en la sesión de Cabildo, pasando por los contratiempos con la agenda programada. Sin embargo, dicen que en donde más se notaron los desajustes fue en la verbena popular de la Plaza Mayor. Y es que los encargados de la iluminación batallaron en serio para controlar las luminarias del espacio público, al grado que de pronto la fiesta se desarrolló en penumbras hasta que lograron dar con los interruptores correctos.
También con la música tuvieron algunos problemillas y no se diga con la coordinación vial en los alrededores de la plaza, en la que parecía que los agentes no sabían qué hacer. En general, comentan los críticos y criticones que la o las personas a las que don Jorge encomendó la organización, sacaron lo novato o de plano quisieron hacer quedar mal al jefe. Seguro es lo primero, aunque no se puede descartar lo segundo.
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No faltó quien desde dentro de la nueva administración municipal y desde el PAN vieron como travesuras de los salientes algunas de los dislates de las sesiones de arranque del nuevo ayuntamiento. Y es que, por ejemplo, llamó poderosamente la atención que la mayor parte de las cuentas oficiales de redes sociales quedaron prácticamente encriptadas para que los nuevos administradores no pudieran acceder a ellas. En vez de hacer el relevo, puesto que dichas cuentas también son parte del patrimonio municipal, fueron canceladas sin más, por lo que los nuevos encargados de áreas tuvieron que habilitar nuevas. Además, de forma misteriosa, varios sectores de la ciudad quedaron a oscuras la noche del lunes, es decir, el primer día del nuevo gobierno local. También, el servicio de recolección de basura suspendió labores la misma jornada, cuando en el años anteriores sí trabajaron el primer día del año. Y para acabarla de amolar, cuentan que las instalaciones de la Ciudad DIF, así como de varios centros comunitarios en las colonias, fueron entregados sin materiales ni insumos. Todos estos extraños acontecimientos, dignos de un sospechosismo acelerado más que de una asombrosa casualidad, dio a pensar a varios que alguien de la administración que se fue, como aquel diablillo interpretado por el cómico Eugenio Derbez, movió algunas palancas para intentar aguarle la fiesta a don Jorge. Cosas que pasan en las transiciones de colores distintos.
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Y ya que hablamos de diablillos, con la toma de protesta del nuevo Congreso de Coahuila quedó más que clara la postura que seguirán los dos partidos principales de estas tierras, los albiazules y los tricolores. Y es que en el Palacio Legislativo los diputados del PAN, secundados por los de la UDC (que en algún momento se habló de que pudieran comenzar a jalar para el lado del PRI) y de Morena, arremetieron duro contra el gober Miguel Riquelme por los "pecados" del proceso electoral, de los dos Moreira y los suyos propios. Y dijeron -nada más les faltó hacerlo al unísono- que no van a ser comparsas de la administración estatal. Es decir, que van a pavimentarle el camino de piedritas a don Miguel y sus emisarios en el Congreso. Por su parte, el PRI en voz de Jesús Berino -el mismo que "compitió" contra Riquelme en la interna-, y el propio gober, dieron un discurso apostándole a que la contienda quedó atrás, y que ahora es tiempo de diálogo y de trabajar con unidad. Mismo mensaje que el secretario de Gobierno José María Fraustro dio, en medio de pitas y siseos de los panistas, en el Teatro Nazas en representación del mandamás provincial durante la toma de protesta de Zermeño. Claro que, a decir de los blanquiazules, detrás del discurso de la unidad se esconde algunas movidas para evitar que la división partidista del Congreso local se traduzca en bloqueo, como es el hecho de los cambios en la Ley Orgánica del parlamento estatal para que el PRI pueda tener el control, al menos el primer año, de la Legislatura. A propósito de esto último, dicen los subagentes que el presidente de la Junta de Gobierno será Samuel Rodríguez, un personaje harto cercano y aún fiel al Profe Humberto, que por lo visto seguirá moviendo los hilos en los centros de poder, aunque haya quedado fuera del Congreso. Por otra parte, dicen las malas lenguas que los tricolores hicieron varios amarres en las áreas administrativas del Palacio Legislativo para sindicalizar a la mayoría de los empleados y acotar el margen de maniobra de la oposición en todas las áreas. Así cualquiera busca diálogo y unidad.
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En la Ciudad Favorita de Coahuila, otrora conocida como las Urbe de Adobe, el pleito entre el alcalde panista saliente, Isidro López, y el priista entrante, Manolo Jiménez, sigue a todo lo que da de cara a la elección de julio de 2018. Resulta que como don Chilo quiere buscar nuevamente la alcaldía, está convocando bajo cualquier pretexto a ruedas de prensa para informar de lo bien que dice que dejó la administración, y que todo lo que se dice por ahí "son puras mentiras", como cantaban Los Amigos Invisibles. Lo que les parece raro a propios y extraños es que sus conferencias no tienen una agenda específica ni tema definido, por lo que parece más una estrategia para mantenerse frente a los reflectores de aquí a que inicien las precampañas. Por su parte, el flamante alcalde Jiménez está haciendo méritos para ver si su partido le deja buscar la reelección, cosa que al día de hoy no tiene amarrada. Entre esos "méritos" está decir que todo lo hecho por la pasada administración estuvo mal y que él hará todas las cosas buenas que don "Chilo" dejó de hacer. El problema es que no explica cómo lo piensa llevar a cabo en un año en el cual se atraviesa una elección que no se antoja nada fácil. En fin.
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Ahora sí que la magia se apoderó del Pueblo Mágico de Parras. Y es así al grado de que, según cuentan nuestros subagentes amantes de la vitivinicultura y, sobre todo, sus productos, es fecha que no hay alcalde en ese municipio que sufre la esquizofrenia de se lagunero pero estar considerado dentro de la región Sureste. Vamos, que las autoridades desaparecieron. Que llevan tres días sin que nadie se haga cargo en la Presidencia Municipal. Y es que, como se supone que ocurrió en el resto de los 37 municipios de la provincia coahuilense, las nuevas autoridades debieron haber asumido el control desde el primero de enero, pero esto, misteriosamente, no ocurrió. Dicen que al nuevo munícipe Evaristo Madero, quien ya está en su tercera administración, no se le ha visto por la sede oficial y que aunque el edificio está abierto, no hay quien atienda. Incluso, comentan que las calles de la ciudad, considerada una de las más hermosas del estado, están infestada de basura porque el servicio de limpieza está parado. Pero el problema parece no haber comenzado el primero de enero, ya que, según comentan los subagentes, la ausencia de autoridades viene incluso desde la pasada administración de Jorge Dávila. Dicho vacío derivó en que los trabajadores sindicalizados comenzaran con protestas porque el ayuntamiento no les pagó quincena ni aguinaldos. Una complicada situación que terminó afectando también a los de confianza y eventuales y hasta los pensionados. Vaya cosas.
