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Transiciones, la ciudadanía y sus posibilidades

DAVID PÉREZ ORTIZ

Cuando se va de un lugar a otro, consiente o inconscientemente, se toma una ruta. Así, al ir a comprar alimentos, a actividades de esparcimiento, al trabajo o algún centro de estudio. En muchos momentos de la vida cotidiana se asumen rutas. Cómo llegar del punto "a" al punto "b". Los objetivos que se pretendan alcanzar condicionan fuertemente las características del camino por el que se transita. Sin embargo, este procedimiento de la vida cotidiana puede ser mucho más complejo cuando se trata del tránsito de un proceso social a otro.

Este 2018, por los calendarios del sistema electoral mexicano, ha resultado un año en el que pueden tener lugar algunas transiciones en los procesos de la política formal, transición del ejercicio de la función pública concretamente. A nivel nacional, después de 18 años de la primer alternancia partidista, ganó las elecciones un nuevo partido político encabezado por muchos de los "políticos de siempre". Quienes encabezarán la próxima administración federal anuncian una cuarta transformación social.

A nivel local, en el municipio de Torreón, después de dos periodos de administración priista, ganó las elecciones quien ha había sido alcalde municipal hace 20 años. Este año, por la vía democrática vigente, la misma persona fue reelecta para un periodo más. Formalmente será su tercera ocasión al frente de la administración local. En estos dos niveles de gobierno, la transición de una administración a otra está llena de personajes de fórmulas políticas pasadas que no se distinguieron mayormente de las prácticas políticas que han generado la actual crisis de corrupción, falta de transparencia y de administraciones con modelos participativos y deliberativos.

Ante estos escenarios, se hace viable la pregunta: ¿qué posibilidades de actuación tiene la ciudadanía frente a estos procesos de presunta transición?

Tomarse un descanso. Después de vencer por la vía electoral al PRI a nivel federal y local, la ciudadanía podría sentir como suyo el triunfo y darse una confiada "pausa". Bajo el principio de que las cosas van a mejorar con estas transiciones en las administraciones públicas, no haría falta estar tan al cuidado de los "nuevos" grupos en el poder público. Y si la transición resulta no ser tal, en unos años nos podremos desahogar contra aquellos que nos fallaron. Como se puede apreciar en múltiples video los reclamos al expresidente Fox por "habernos fallado", "por que nos mintió", "porque no nos cumplió", le espeta un sector de la ciudadanía que tenía altas expectativas de la transición del año 2000.

Ser una ciudadanía poco crítica. Bajo el supuesto de que ha ganado "nuestro" candidato, ahora lo que corresponde es apoyarlo, aplaudirle, darle tiempo, tolerar sus errores. No pasa nada, a todos les cuesta el inicio. A los que opten por realizar críticas los tildan de priistas, les dicen que si no votaron por el ganador (así, en masculino) que se callen, que antes no se quejaban, ahora tampoco. Así, una ciudadanía convertida en una especie de porra fiel que opta por no cuestionar el ejercicio del poder.

Dejarse cooptar. Los sectores de ciudadanía organizada en diversos colectivos tienen la posibilidad de buscar el cumplimiento de sus agendas por la vía de la identificación con la administración en turno. Al fin de cuentas es la "oposición" con la que antes coincidieron y empoderaron. No importa si la agenda del colectivo es progresista o conservadora, en los escenarios nacionales y locales la opción por dejarse cooptar es por igual.

Ser paternalistas con las administraciones. En algo así como un asistencialismo cívico, que tolera sus faltas, "colabora" para completar las capacidad o la falta de eficacia para llevar a cabo la función pública. Si una administración es criticada por permitir la tala de árboles no faltará un "buen samaritano cívico" que regale unas decenas de árboles. A lo que le seguirá la colecta de arbotantes y la adopción de metros cuadrados de asfalto.

Transitar no es fácil. No moverse siempre será una opción más segura. Revisar las complejidades, las contradicciones, las evoluciones y retrocesos muchas veces útil, necesario si se pretende evitar el continuismo de prácticas tanto en una amplia ciudadanía como en una mayoría de funcionarios públicos que generan crecimiento de pobreza, corrupción y violencia.

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Escrito en: David Pérez

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