
La evidencia se perdió cuando la afectada borró el video. (INTERNET)
Un trabajador de mantenimiento fue sorprendido en el acto cuando intentaba filmar dentro de un baño de mujeres.
Jason Prowse, de 38 años y quien trabaja en unas oficinas de Knightsbridge, en Londres, fue acusado por las víctimas de internar filmar. Fue descubierto porque de repente su celular sonó, lo que alertó a las presentes.
La mujer que tomó el teléfono, Sarah Monger, vio que el celular estaba grabando y cuando presionó regresar el video se dio cuenta que había estado ahí largo tiempo y que alguien lo había colocado a propósito.
Ella no estaba asegura si reportar el incidente hasta que saliendo en recepción Prowse dijo que ella tenía su teléfono.
Furiosa borró el video antes de devolver el aparato, lo que da pie a que los abogados del acusado digan que no hay evidencia que lo inculpe.
Monger asegura que el video duraba 49 minutos.

La evidencia se perdió cuando la afectada borró el video. (INTERNET)