Una de las imágenes que circulan por distintas plataformas como parte de una campaña que busca favorecer al candidato presidencial Ricardo Anaya coloca en una misma estampa la fotografía del candidato del PAN junto a la de Justin Trudeau, Emmanuel Macron, Youssef Chahed y el hoy presidente electo de Colombia: Iván Duque. Se les relaciona por la edad, poco más tienen en común, los cuatro personajes tienen tradiciones políticas muy distintas. Comparar a Duque con Anaya tiene muchas complicaciones. Sin embargo, algunos factores del proceso electoral para la renovación de la presidencia en Colombia sí son útiles para las próximas elecciones en nuestro país.
El fantasma del "chavismo". Desde la primera vuelta, las campañas difundieron la idea de asociar el gobierno de Chávez y de Nicolás Maduro a Gustavo Petro (excandidato a la presidencia de Colombia), de la misma forma que se ha utilizado para intentar dañar al candidato de MORENA. A diferencia de AMLO, Gustavo Petro sí es un candidato de ideología política de izquierda. Obrador si acaso es candidato de oposición al actual régimen. El excandidato colombiano fue miembro del movimiento guerrillero "M-19" que se desmovilizó en el 1990 se reintegró a la vida civil y democrática, además de haber sido alcalde de Bogotá. Petro sí expresó su cercanía al difunto Chávez y se distanció de Maduro. El recorrido histórico del que encabezó la coalición "Colombia Humana" sí pesó en un electorado que tiene dos años escuchando que su país se convertirá en Venezuela el día que un político de la izquierda actual llegue al poder ejecutivo de la nación.
Continuismo. Con un doce por ciento de ventaja el candidato de la derecha, Iván Duque, ganó las elecciones el pasado domingo. A partir del lunes circularon imágenes que alentaban a votar por Anaya siguiendo el ejemplo de Colombia que rechazó el "comunismo". Irrisorio el argumento. Ni la candidatura de Gustavo Petro representaba una coalición comunista, ni tampoco Ricardo Anaya tiene una ideología política clara. El candidato de "Por México al Frente" tiene una agenda de intereses económicos y políticos que dejó claros en el "Pacto por México" y en su actual alianza con el PRD. En Colombia se votó mayoritariamente por la opción que ofrecía un continuismo en el modelo político y económico que desde hace varios periodos gobierna. Incluido el regreso del "grupo de Uribe".
Las encuestas. Contrario a lo que sucedió en el plebiscito en Colombia, en las elecciones de EE.UU. y en el Brexit, todos en 2016, en las elecciones del pasado domingo las encuestas no fallaron en las predicciones de la intención de voto. La mayoría constataron en la realidad la ventaja que le daban a Duque sobre Petro. La diferencia entre uno y otro no era por mucho la ventaja que las principales encuestas dan a AMLO sobre el segundo lugar. En efecto, las elecciones se ganan con votos, no con encuestas. Pero el argumento de que las encuestas son falibles basándose en los casos de 2016 queda muy débil.
Desarmar actores violentos. En los comicios del pasado domingo participó por primera vez el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (ex movimiento guerrillero) como fruto de los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FRAC. Fue una jornada electoral que no registró hechos de violencia. Un cambio histórico para un país marcado por la violencia política. Muy poco tienen que ver los actores armados violentos que en Colombia se han desmovilizado para reintegrarse a la vida civil y dedicarse a la política partidista con los actores armados que actualmente padece la mayoría de la sociedad mexicana. A pesar de eso, se muestra un claro ejemplo de cómo en ese país se han pensado y puesto en práctica alternativas para reducir los índices de violencia sin menoscabo de la democracia. Algunas han funcionado mejor que otras, sin embargo, se demuestra que alternativas hay.
Es muy simplista pensar que votar por el PRI o votar por el PAN signifique en México votar por la derecha. Tampoco votar por AMLO se traduce como un voto por la izquierda política. Por lo menos en las elecciones federales de este año no hay ideologías políticas en disputa de un proceso electoral. Ni de derecha, ni de izquierda, ni de centro. En la boleta de las próximas elecciones en México estarán coaliciones inmediatistas sin ideología política. Al evaluar el contenido de las campañas lo que se puede ver es más una confrontación, con poca ética, de intereses entre grupos.
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