Después de ido el conejo…
Es un dicho muy mexicano al que le escarbo un poco y me doy cuenta que no es mexicano. "Me extraña que siendo arpero no sepas la chirimía", quiere decir, me extraña que sepas tocar el arpa, que es un instrumento complicadísimo, y no sepas tocar la chirimía, que se supone que es muy fácil de tocar, aunque eso está por verse. O sea, me extraña que sepas resolver situaciones realmente difíciles y te atores en otras mucho más sencillas,
En primer lugar, ¿sabemos qué es la chirimía? Pues es una especie de clarinetito cuyo nombre parece muy mexicano, pero no lo es. La palabra chirimía proviene del francés chalemelle.
Rebuscando en el catálogo de dichos y refranes muy mexicanos, encontramos algunos muy folclóricos como aquél que dice: "Le estás pidiendo comida a las ganas de comer", que es igual que "pedirle pan al hambre", o sea, que estás pidiendo ayuda al que necesita más ayuda que tú.
"Después de conejo ido, pedradas al matorral", es equivalente a aquel otro que dice: "después de muerto el niño, vamos a tapar el pozo", o sea, que las cosas hay que hacerlas oportunamente, en el momento en que realmente se necesitan porque después de tiempo, ya no sirven para nada.
"Compañeros del camino pero no del itacate", es otro muy mexicano refrán. El itacate (del náhuatl, itacatl) es la provisión de comida. El ranchero se va a la labor y se lleva su itacate con algunas "gordas" (tortillas o tacos) para comer cuando el hambre apriete. Por eso, si quieres me acompañas para andar el camino, pero si también quieres que comparta contigo mi provisión, ahí ya no acepto. En general, va dirigido a los que se quieren aprovechar de la amistad para sacar provecho.
"Hasta los palos del monte nacen con separación. Unos sirven para santos y otros para hacer carbón". Literalmente, lo que dice este mexicanísimo refrán es que ni los árboles del monte son todos iguales. Unos sirven para hacer santos, o sea, imágenes de madera, y otros sólo sirven para quemarlos como combustible. Pero más allá de ese significado "literal", hay otro que nos indica que cada ser humano es diferente a los demás y hay qué tratar a cada quien, según su categoría y su comportamiento.
Las malas experiencias lo hacen a uno desconfiado y receloso. Eso da lugar al refrán aquel de que "la mula no era arisca, los palos la hicieron", que en México se convirtió en un refrán aún más folclórico que dice "el jumento no era arisco, lo hicieron a sombrerazos". Ahí se cambia la mula por un jumento, que es un asno, un burro, y en lugar de darle "palos", le dieron sombrerazos, pero el sentido del refrán es el mismo: uno no quisiera desconfiar de la gente o el pueblo del gobierno, pero le han dicho tantas mentiras, le han dejado tantas promesas sin cumplir, que ya no cree en nada ni en nadie.
ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO:
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Melva A. Torres Lugo pregunta: Me llamo Melva y muchas veces me han preguntado si mi nombre se escribe con B grande o con b chica... yo pienso que sólo hay una be (que es b) y una uve (que es v). Por favor, dígame quién tiene la razón.
RESPUESTA:
La palabra melva se refiere a cierto tipo de pez. La palabra melba no está en el Diccionario, pero siendo un nombre propio, usted la puede escribir como quiera. A la letra V se le puede llamar Uvé, Ve chica, Ve corta o Ve solamente.
Reflexión final: Una buena esposa es aquélla que perdona a su marido cuando ella está equivocada. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
Por: Juan Recaredo