Más allá de los aspirantes a la presidencia en 2018, quizá el factor crucial que determine la forma en que actúen los electores se derive de sus percepciones de la realidad actual. Según Pankaj Mishra en su nuevo libro La era del enojo, quienes no han logrado insertarse en la modernidad y ser parte de sus promesas -libertad, estabilidad y prosperidad- siempre son víctimas fáciles de demagogos, igual de izquierda que de derecha. Las realidades y las percepciones se entrelazan al punto de muchas veces acabar siendo indistinguibles: triunfa quien logra crear un entorno propicio para su perspectiva y visión.
En todo el mundo, el desquiciamiento de la vida tradicional difícilmente pudo haber sido más grande. Las telecomunicaciones han creado un universo de inmediatez; los gobiernos, antes dueños de la verdad a través del control de la información, hoy son un mero actor más en la discusión de los asuntos públicos; las fuentes de trabajo se han transformado de manera inmisericorde: parte por la competencia, parte por el cambio tecnológico. En este contexto, ya no hay anclas permanentes de estabilidad las cuales asir como fuentes de certeza. El impacto, en todo el mundo, ha sido extraordinario.
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