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Humberto, el octavo

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

La lucha en pos de la gubernatura de Coahuila arranca ya pasado mañana. Con siete formales candidatos en los casilleros de salida, las campañas están por iniciar.

Digo siete candidatos formales, aunque en realidad hay dos con posibilidades, dos más con peso en el resultado final, un "despistado", una palera y un obcecado político.

Si uno está medianamente informado, es fácil identificar cuál es cuál de los candidatos. Los únicos con posibilidades de ganar son los laguneros Miguel Riquelme del PRI y sus partidos coaligados como el Verde, Nueva Alianza, el Partido Joven, Partido Revolucionario de Coahuila y el Partido Social Demócrata Independiente y el Partido Campesino Popular; y por otro lado Guillermo Anaya de Acción Nacional, quien competirá en una alianza que conforma su partido con la Unidad Democrática de Coahuila, el Partido Primero Coahuila y el Partido Encuentro Social.

Los candidatos que no podrán ganar, pero que ciertamente tendrán un peso importante en la elección son Armando Guadiana Tijerina de Morena (el partido del Peje) y el expriista y ahora candidato independiente Javier Guerrero, que con con décadas de trabajo, tiene ciertamente un nombre en el estado y eso lo hace aparecer con cierta intención de voto en las encuestas.

El "despistado" es el otro candidato independiente, el empresario Luis Horacio Salinas, hijo del exalcalde de la capital del estado y de carrera política reconocida en Saltillo del mismo nombre, y tío del candidato a la presidencia municipal del PRI de la propia capital, Manolo Jiménez Salinas. Difícil creer que alguien pueda ser independiente con tantas filias sanguíneas.

La palera es la señora que abandera al Partido de la Revolución Democrática, Mary Thelma Guajardo Villarreal cuya cercanía con el profesor Humberto Moreira es del dominio popular y quien a través de ella se impidió que el PRD se sumara a la alianza opositora (saque usted sus conclusiones).

El séptimo candidato es el exalcalde José Ángel Pérez Hernández, quien piensa que porque es osado en sus declaraciones con expresiones públicas de "ya estamos hasta la madre de..." piensa que el electorado lo volteará a ver de manera seria. Tendrá algunos votos, siempre hay quien le gusta votar por los bravucones orales. Si Pérez realmente creyera, utilizando sus expresiones, que hay quienes están hasta la madre de los Moreira, el pequeño porcentaje que obtenga en los comicios, puede ser suficiente para permitir que el candidato oficial, el candidato de los Moreira, gane la elección.

Pero más allá del rol que jugarán los siete candidatos ha emergido en la palestra pública un octavo actor que mucho influirá en el resultado del electorado del 4 de junio venidero: el mismísimo profesor Humberto Moreira Valdés.

El fin de semana pasado, la nota la dio el exgobernador, pasando a segundo término los registros ante la autoridad electoral de los candidatos. Lo importante era saber si siempre sí se había decidido el profesor a inscribirse como candidato del Partido Joven por un distrito local. Ese solo hecho levantó ámpula en los cuadros priistas, que por un lado trataban de disuadir a Moreira de esa idea y por el otro, intentaban controlar el daño mediático.

Finalmente, Humberto Moreira no competirá por un distrito, pero se presenta como primero en la lista plurinominal del Partido Joven. Sin embargo, además de lo que concitó por el solo hecho del anuncio del registro, Humberto Moreira declaró fuerte contra su hermano Rubén, actual gobernador, a quien públicamente reclamó que no movió un dedo para esclarecer el asesinato de Eduardo Moreira, hijo de Humberto, aunado a esto que de suyo es por demás delicado, le reclamó el proceder al actual mandatario estatal, a quien como lo dijo, él lo puso ahí, él lo hizo candidato a diputado federal.

Tuvo tiempo también para criticar a Enrique Ochoa, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, a quien atribuye, junto a "otras mentes perversas" el que le hayan cerrado la puerta a competir por su partido en las próximas elecciones.

El domingo pasado Humberto ya desbocado, se enfrascó en una contienda de acusaciones contra el expresidente Felipe Calderón, llamándolo borracho y presidente espurio, entre otros epítetos. Moreira reaccionó así a los dichos del expresidente que en un acto de su partido en Saltillo, declaró que cuando él era titular del ejecutivo federal, envió a la Marina a Coahuila para combatir a los Zetas, Humberto le había reclamado el hecho, arguyendo que en el estado -que entonces gobernaba- no había mar. Calderón remató su discurso diciendo que en época del gobierno de Humberto, los principales líderes de los Zetas vivían en Coahuila.

Estos hechos y los que se susciten donde la figura del profe esté presente, pueden ser un riesgo en el cálculo político de la campaña que ahora está de puntera, la campaña del PRI, aunque por poco margen, y es por lo apretado de las posiciones que Humberto podría ser un factor para inclinar la balanza, y por primera vez a nivel estatal, llegara la alternancia.

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