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Leticia y Jorge, extraña coincidencia

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Penúltimo viernes antes de la elección. Ya faltan a partir de hoy diez días para que se conozca el nombre de quien habrá de suceder al actual gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, para el siguiente período constitucional que comenzará este año y terminará en 2022.

El triunfo sólo puede estar entre dos candidatos: el alcalde con licencia de la ciudad de Durango, Esteban Villegas del PRI y sus partidos satélites, y el opositor, de génesis priista, pero compitiendo por el PAN, PRD y anexas, el senador con licencia José Rosas Aispuro.

En un principio, parecía que "el sistema" haría con su forma habitual en todos sentidos, que el PRI refrendara sin tantas complicaciones la gubernatura y muchas de las alcaldías importantes. La mayoría cómoda en el Congreso sería una consecuencia natural, si es que Villegas alcanzara el triunfo como era el pronóstico inicial.

Y es que el escenario parecía sencillo: los ciudadanos de Durango capital deberían respaldar al gobierno actual debido al desproporcionado ejercicio de los recursos que se invirtieron en la ciudad para tratar de atraer la inversión que necesita para sacarla del letargo económico en el que ha estado sumida en las últimas décadas. Obras urbanas de embellecimiento, vialidad e infraestructura se construyeron en el presente sexenio, tal como se había iniciado en el anterior, cambiándole la cara a la principal ciudad del estado. El segundo municipio más poblado, Gómez Palacio, olvidado y menospreciado, sería pan comido puesto que la candidata a la presidencia municipal es la senadora con licencia Leticia Herrera Ale, quien luego del fracaso en la búsqueda de la candidatura a la gubernatura, se "disciplinó" a los mandatos de su partido y aceptó contender por la alcaldía, misma que ya había ocupado. Por otro lado, Lerdo fue desdeñado y la candidatura fue para María Luisa González Achem. El resto son municipios con poblaciones menores que el Revolucionario Institucional ha controlado históricamente, con excepciones por supuesto.

La percepción ahora es distinta. Algunos encuestadores en privado dicen que sus números marcan como favorito a Rosas Aispuro en la capital. El incidente en el programa local de televisión en que Esteban irrumpe la entrevista de su oponente, se entiende como signo de debilidad.

En tanto, si bien es cierto que Leticia Herrera es una candidata avasalladora en Gómez Palacio, fuentes del propio sistema murmuran que están pendientes de cada movimiento que realiza, pues saben que su estructura podría no operar para ellos, por aquello de como a su padre, no le dieron la oportunidad de ser gobernadora.

Y con respecto a la campaña e impacto de González Achem, ésta es decepcionante y prácticamente se da por perdida; la duda es si será Salomé Elyd del PAN o el independiente Ulises Adame quien se alzará con el triunfo a la presidencia municipal.

Obviamente todas estas conjeturas son meras especulaciones, las encuestas publicadas mayoritariamente dan la ventaja al doctor Villegas, pero es una realidad que La Laguna y Gómez Palacio parecen ser el punto donde más se ha centrado la atención, y donde más estrategias particulares han surgido.

El episodio más reciente ocurrió el día de hoy -ayer- en un edificio alto situado en el bulevar Miguel Alemán. Apareció una enorme lona con un mensaje que ya se ha estado manejando: voto cruzado. Para la presidencia municipal doña Leticia, para el gobierno del Estado Rosas Aispuro.

El hecho pareciera una estrategia extraña, pero no es nueva en La Laguna. Apenas en 2013 la competencia por ganar la presidencia de Torreón estaba cerradísima. El PRI tenía como candidato al hoy alcalde Miguel Riquelme, quien tenía como gran lastre la desastrosa administración de su compañero partidista, Eduardo Olmos. El PAN presentó como abanderado a Jesús de León, vasallo de Guillermo Anaya, quienes le habían arrebatado la candidatura al natural Jorge Zermeño.

Faltaban días para el día de la elección y extrañamente aparecieron espectaculares con un mensaje de decía palabras más palabras menos: "mi candidato es Zermeño" con el propósito de confundir y recordar la imposición del candidato por parte de un grupo de poder sobre el que las encuestas señalaban que debía ser el ungido.

Personas que estuvieron dentro de la campaña de De León atribuyen a que esa acción definitivamente les afectó y contribuyó a lo que sería una muy apretada derrota.

No se puede prever el efecto que tendrá esa manta y la campaña del "voto cruzado" en esta ocasión. Herrera Ale ha rechazado la misma, pero la duda continúa; lo que es paradójico es que el hoy coordinador regional de la campaña de Rosas Aispuro es precisamente Zermeño, quien en aquella ocasión ardido, no respaldó a De León. Quién diría que Leticia y Jorge tendrían esa extraña coincidencia.

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