
Sin castigo. La investigación por la muerte de los estudiantes del Tec está detenida.
Han pasado seis años desde la muerte de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, alumnos del Tecnológico de Monterrey, y aún el crimen sigue impune. Según las autoridades, los estudiantes del doctorado de mecatrónica perdieron la vida en un tiroteo entre soldados y personas armadas, luego de que fueron confundidos con "sicarios".
Sus cuerpos y sus pertenencias nunca fueron mostrados a sus padres. Fueron identificados a través de dos fotografías que les enseñaron en el Semefo. En las imágenes, los rostros de los dos jóvenes estaban irreconocibles, tenían múltiples contusiones. El Ministerio Público nunca entregó la necropsia para determinar el motivo de la muerte. Durante los siguientes meses, y después de que las autoridades reconocieron que Jorge Antonio y Javier Francisco eran alumnos de excelencia y no sicarios, sus padres exigieron a las autoridades que se limpiara el nombre de sus hijos.
Al no haber respuesta del gobierno, la familia y algunos amigos de los jóvenes comenzaron a realizar una investigación sobre lo que había ocurrido. En 2012 conocieron que un soldado de nombre Hipólito fue juzgado y absuelto en tribunales militares por los hechos registrados la madrugada del 19 de marzo. Un año después, un grupo de compañeros de los estudiantes se enteró que el expediente estaba en el "olvido y arrinconado", y que sólo tenía las declaraciones de los militares.