"Vive como si fueras a morir mañana, pero aprende como si fueras a vivir siempre"
M. Gandhi
Al investigar lo que ha sucedido en México, a dos años de la Reforma Educativa, podemos constatar que en la mayoría de las entidades federativas, no se ha logrado concretar las leyes secundarias que la conforman, según un informe legislativo que puntualiza que sólo tres Estados han cumplido a cabalidad con dicha reforma (Jalisco, Puebla y Tamaulipas), lo que significa que en las restantes 29 entidades, o cumplieron parcialmente, o cumplieron a medias, o de plano incumplieron o fallaron totalmente (Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Chiapas); incluso estos últimos enfrentan controversias constitucionales, derivadas de tales incumplimientos.
Por otro lado, al revisar el informe más reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el que estima que en los 34 países miembros, uno de cada cinco estudiantes de 15 años de edad no adquiere las habilidades mínimas necesarias para participar plenamente en la vida social actual, pese a que concluyeron su educación básica, se destaca además que la población de 15 a 29 años que no estudia ni trabaja (conocidos como "Ninis") se incrementó en 1.3 por ciento desde 2008.
Lo que significa que cuando analizamos las 450 reformas aplicadas entre 2008 y 2014 a los sistemas educativos de las naciones que integran el organismo (las cuales impactan a 200 millones de niños), se advierte que las reformas de este sector sólo puede ser eficaces ''si las políticas están bien implementadas''.
En la primera edición del informe Perspectivas de políticas educativas 2015: "Haciendo que las Reformas Sucedan", que se presentó en Londres recientemente, la OCDE revela que al menos 15 % de los jóvenes de 15 a 29 años, de los países miembros del organismo ha formado parte de la población que ni estudia ni trabaja.
En el caso de México, se mantiene un promedio superior a la media internacional, con 25 %, sólo por debajo de Turquía que alcanza 29.2 % y de España, con 25.8 %. Por ello enfatiza que en un escenario de crisis económicas, lograr la transición de los jóvenes de la educación al empleo, ha sido un problema para los 34 países de la OCDE.
Ante este panorama poco halagador, se destaca entonces la necesidad de mejorar las habilidades y conocimientos de quienes permanecen en el sistema educativo, 16 % de las reformas aplicadas en los países miembros se centra en garantizar la calidad y equidad formativa, mientras otro 29 por ciento busca preparar mejor a los estudiantes para encarar su futuro. El problema sigue siendo que las citadas reformas no logran llevarse al plano de lo concreto y a cabalidad y por otro lado el Sistema Educativo Nacional, no logra retener a los estudiantes dentro de sus aulas.
Los Estados buscan también el avance de sus escuelas, por lo que el 24 por ciento de las reformas tiene este objetivo a través de una mejora en los entornos de aprendizaje, así como atraer y retener a los docentes más calificados; la situación complicada proviene que con la Reforma Educativa, todavía no nos queda claro cómo se dará la promoción y la permanencia de los profesores, en el marco de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD).
En México, si bien hubo mejoras en la equidad y calidad de su sistema educativo, el rendimiento aún es inferior al promedio de la OCDE en matemáticas, ciencias y lectura. Además, el país se ubica, junto a Turquía, Italia, España y Portugal, entre las naciones con la tasa más elevada de jóvenes que no han concluido el bachillerato (25 %, mientras la media de la organización llega a 18 %).
Una cuestión clave es, la de un México que enfrenta retos importantes para lograr el financiamiento transparente y equitativo de los estudiantes y las escuelas. Al detallar la Reforma Educativa aprobada en 2012, podemos constatar que ésta incluye la evaluación de los docentes, la mejora de la infraestructura de los planteles, la profesionalización de los asesores técnico-pedagógicos (ATP→ s), por mencionar algunos aspectos. Pero sigue dejando de lado, la educación multicultural e indígena, por ejemplo.
El fenómeno "Ninis", en México es real y cada vez se incrementa de manera alarmante; lo preocupante es que cuando se les pregunta a estos jóvenes, qué perspectiva tienen de la vida, del estudio y del trabajo, no alcanzan a discernir ni a explicar qué es lo que les pasa y qué piensan de su futuro inmediato o a corto plazo; mucho menos alcanzan a visualizar lo que será su vida adulta.
Como podemos observar, el problema de nuestro sistema educativo, con todo y su famosa reforma, es que no puede ni tiene las herramientas, ni las estrategias para retener y promover a sus jóvenes de 15 años o más y si no hacemos nada para revertir esa perversa tendencia, perderemos a gran parte de una generación que ni les interesa estudiar, ni trabajar, ni fincarse un futuro al menos promisorio.
