EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Corredor económico

Periférico

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Aunque cada vez con mayor frecuencia se escucha hablar del Corredor Económico del Norte de México, la información oficial es escasa y redundante. Salvo menciones de notas de prensa, comunicados o fragmentos de discursos, no existen muchos detalles en los gobiernos. Los datos sobre el diagnóstico, los objetivos, las estrategias, los proyectos y los desafíos se encuentran de forma fragmentada. Esta ausencia y fragmentación de la información contrasta con la relevancia que tiene el tema y el impacto en las regiones en términos económicos, sociales y ambientales.

A grandes rasgos, un corredor económico es un eje terrestre sobre el cual existen centros económicos conectados por vías férreas y carreteras que permiten la movilidad de personas y, principalmente, mercancías. En un corredor económico las vocaciones y potencialidades de las ciudades se complementan para cumplir el objetivo de facilitar la producción y el tráfico mercantil e impulsar el desarrollo regional. Pero un corredor económico no puede entenderse sin la dinámica de la globalización y la importancia geopolítica de las relaciones entre países que son socios comerciales y sus intereses económicos, energéticos y logísticos. Para potenciar las oportunidades económicas, es necesaria una fuerte inversión en infraestructura carretera, ferroviaria y aeroportuaria, conducción energética, transporte público y de carga, servicios básicos, telecomunicaciones, hospedaje industrial, logística, etcétera. Y aunque en los portales de los gobiernos no se encuentre información concentrada y a detalle sobre el corredor económico, los planes de desarrollo y los programas de infraestructura de la Federación, las entidades y los municipios suelen incluir proyectos que van en sintonía con las necesidades mencionadas.

En este contexto, el Corredor Económico del Norte cruza al país de oeste a este y conecta al Océano Pacífico con el Golfo de México. Atraviesa los estados de Sinaloa, Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, aunque abarca también en su dinámica a Nayarit, Chihuahua y Zacatecas. Su cercanía con la frontera es fundamental. Los extremos del corredor, Mazatlán y Matamoros, representan la puerta de entrada y salida de mercancías que vienen de o van a Asia y América del Norte o de las que se producen en México, en la ciudades del mismo eje o de otros. En el centro del corredor se encuentra La Laguna. Si a algo debe su desarrollo esta región es a su ubicación geográfica. La Comarca Lagunera es el ombligo del país, relativamente cercano a la frontera con Estados Unidos y no muy distante de la capital de la República. Además de ser atravesada por el Corredor Económico del Norte, es cruzada por el eje carretero México-Ciudad Juárez. Algo parecido ocurre con la red ferroviaria. En suma, la región está conectada con el resto del país y es una zona obligada de tránsito de personas y mercancías.

En la Sexta Reunión de Instituciones Municipales que se realizó la semana pasada en Torreón, se destacó a La Laguna prácticamente como el corazón del Corredor Económico del Norte precisamente por su ubicación y conexión. Dicha reunión tuvo como objetivo el de establecer alianzas y firmar convenios para aprovechar al máximo las ventajas de este eje y atraer inversiones que generen empleo y derrama económica. Cada región, estado o municipio tiene sus propios retos al encontrarse dentro de este eje aunque existen desafíos conjuntos. Dentro de estos últimos destaca la ausencia de información integrada sobre el impacto ecológico y social de las actividades desarrolladas a lo largo del corredor de referencia. En lo económico, hacen falta proyectos para facilitar los accesos y recorridos, como lo es el puerto de gran calado de Mazatlán y el mantenimiento de la infraestructura carretera y ferroviaria, además de la ampliación de servicios y conducciones de abasto energético.

Respecto a los retos que enfrenta La Laguna, más allá del discurso optimista de las autoridades, se observan varios con distinto nivel de complejidad. Uno de ellos es la concreción de la Zona de Conectividad de Gómez Palacio y el funcionamiento de la Aduana Interior (ya construida) y un recinto fiscalizado, proyectos que se anunciaron a mediados de la década pasada sin que a la fecha hayan podido arrancar completamente. En contraste, en la capital estatal se encuentra en marcha el Centro Logístico e Industrial de Durango, con el cual se potenciará la capacidad de captación de inversión de esa ciudad y su relevancia dentro del Corredor Económico del Norte. En cuanto a infraestructura carretera, en el lado de Coahuila, la vía San Pedro-Cuatro Ciénegas sigue sin ser terminada y, según los datos del proyecto de Presupuesto de Egresos 2016, tendrá que esperar por lo menos dos años más. Este proyecto es importante para conectar de una mejor manera a la región con Estados Unidos a través de Piedras Negras. Por otra parte, la ausencia de nuevos espacios para el hospedaje industrial en la región limitan la capacidad de atracción de inversiones. En materia energética, se encuentran en puerta dos proyectos de gran envergadura: una planta de ciclo combinado para generación de electricidad en Lerdo y la construcción de un gasoducto. Ambos proyectos son vitales para mejorar la dotación de energía para empresas interesadas en invertir en la Comarca Lagunera. No obstante, apenas se están dando los primeros pasos.

A lo anterior hay que sumar el rezago en materia de transporte metropolitano, en donde los gobiernos de ambos lados del río Nazas no han podido ponerse de acuerdo para impulsar un proyecto integral. También, la sobreexplotación que prevalece en el manto acuífero representa un factor negativo para una expansión económica regional. Y aunque se han dado varios pasos para revertir la situación, éstos son aún insuficientes.

En suma, La Laguna se encuentra ante la gran oportunidad de aprovechar las ventajas de encontrarse en el corazón del Corredor Económico del Norte, para ello requiere trabajar en concretar proyectos y planes pendientes. Los beneficios de la geografía no serán suficientes si no existe la voluntad de dar un mayor atractivo a la región mejorando su conexión con el resto del país y del mundo, sus servicios, su oferta de espacios. Pero además, es fundamental que el desarrollo que se pretende alcanzar cuente con una medición del posible impacto ambiental y social para evitar consecuencias indeseables.

Twitter: @Artgonzaga

Correo-e: [email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Periférico

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1158319

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx