High Roller.
Despide el año entre la extravagancia y la eterna innovación.
En Las Vegas pasa de todo. Es la ciudad del derroche, la fiesta, el glamour, la extravagancia y donde se permite cualquier tipo de exceso. México ocupa el segundo lugar dentro de los países que más la visitan, sólo superado por Canadá.
Y es que Las Vegas sabe seducirnos con sus famosos hoteles con pinta de mini ciudades, espectáculos, casinos y gastronomía que le da la vuelta al mundo en un solo bocado y atracciones que parecen salidas de un cuento.
El crecimiento del destino parece no tener fin, prácticamente, cada mes abre un nuevo hotel, incluso se espera que para 2015 se inaugure un parque para festivales musicales al estilo Lollapalooza y Coachella.
Este año sumó mil 600 habitaciones de estilo neobarroco con la apertura del hotel SLS. También le robó el primer lugar al London Eye, con su rueda de la fortuna, hasta ahora la más alta del mundo: el High Roller. Este mirador tiene 28 esferas de cristal que se elevan a 167 metros de altura en tan sólo 30 minutos.
Y por si faltara poco, LINQ se perfila para ser la tercera calle más transitada, después de los siete kilómetros que comprenden la Strip y las proyecciones musicales de Fremont. Dispone de boutiques, bares, restaurantes, tiendas de souvenirs, cajeros automáticos de “cupcakes” y un fotobar para los fanáticos de Polaroid.
Alístate para emprender uno de los viajes más locos de tu vida, solo o en compañía, sólo recuerda que “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”.
