¿Cómo se permitió tal deformación, dónde quedaron los controles internos y los externos? Quiénes son los responsables, o quizá todos somos en alguna medida responsables.
La brutal degradación de la dirigencia del SNTE encarnada en "La Maestra" es un retrato mucho más amplio y preocupante del México del siglo XXI. El caso de la lideresa recuerda a los más aberrantes dictadores africanos rodeados de brillantes o el de Imelda Marcos enterrada en sus zapatos. Cómo gastar esas cifras en la vida de una persona es un ejercicio de la imaginación que nos lleva a pasear por sus closets, por los pasillos de sus residencias y a viajar en su mullido avión, concentrados eso sí, en el bienestar del magisterio pobre.
La burla era burda, grosera, basta con ver la espléndida entrevista que Adela Micha le hizo días antes de su detención para recordar el pavoneo de alguien que ha perdido el "principio de realidad" como dijera Marcuse. No es el primer caso, para documentación por escrito revísense las memorias de Gonzalo N. Santos, también se puede recuperar aquel video francés con la entrevista a Rubén Figueroa (padre) nadando en la casa de gobierno de Guerrero rodeado de mariachis. Pérdida de realidad la que llevó a Arturo Durazo a construirse "El Partenón" en Ixtapa, o el Centro de Estudios del Tercer Mundo de Echeverría o la llamada "Colina del Perro" de López Portillo. La lista de despropósitos es larga, cada entidad de la república tiene sus propias historias. Allí aparece ese síndrome muy nuestro, la tolerancia hacia lo intolerable. No es sino hasta que llega el colapso, si éste llega, que surge el regocijo. Por lo general antes sólo hay humor y sumisión, eso es todo. El síndrome de los Supermexicanos no sólo afecta a políticos empresarios, también a prepotentes ciudadanos comunes se sienten seres de otra categoría, por encima de la ley, seres que por supuesto no tienen por qué rendir explicaciones a nadie. Allí esta la infección, por eso se debe aplicar cero tolerancia al síndrome que igual se presenta en una fila que en un sindicato.
Centrar las críticas en las excentricidades del personaje, en su desmesura, es permanecer en la superficie. ¿Cómo llegamos a allí? Cuántos zapatos, cuántos bolsos se pueden comprar con el monto acumulado en 343 años de trabajo del salario promedio de un maestro (La Razón, 28-02-13) sin que el magisterio se ofenda, apunta al centro del problema cultural. Comparados los anteriores casos de locura pública, de Supermexicanos, parecen nimiedades. En México ha cambiado y mucho, pero no en la tolerancia hacia esos seres superiores. El corporativismo priista nunca llegó a los extremos de entregar por adelantado posiciones de gobierno menos aún la subsecretaría central de la SEP a un familiar de la lideresa.
Y allí viene el México que duele. Todo indica que "La Maestra" pilló por mucho tiempo y por montos seguidos de muchos ceros a cientos de miles de maestros, ellos debieran ser los primeros afectados, pero a pesar de la simple aritmética de las cuotas, la gran mayoría silenciosa prefirió apostar a la fuerza del cacicazgo. La denuncia -ver el libro de Ricardo Rafael y otros- sirvió de poco. Ella se sentía segura. El chantaje de su mítico poderío electoral, arrinconó a Calderón. El elefante fiscal estaba sentado en la sala y las autoridades panistas no lo vieron. ¿Cómo explicarlo? Curioso, porque a Calderón se le debe el golpe de mano a Luz y Fuerza. Otro monstruo que nadie quería desnudar. Ante el pasmo ciudadano que en el fondo es complicidad, el paquidermo siguió engordando, mofándose del Secretario de Educación y del propio presidente electo al que llamó "ése". Quizá la única nota esperanzadora la dio Mexicanos Primero con sus agudos señalamientos.
En pleno siglo XXI el cacicazgo parecía gozar de cabal salud. ¿Entró Peña Nieto con la consigna de acabar con "La Maestra"?, puede ser. Entró -eso sí- con el compromiso de la reforma educativa. Lo más probable es que al llegar se toparon con las excrecencias del paquidermo y decidieron exhibirlo. El golpe es parte del rescate del Estado mexicano que ha sido extorsionado por los gremios, del rescate del buen uso del poder. Si lo tienen, deben ejercerlo. El golpe es un reacomodo de las prioridades nacionales: primero va el interés general, la imprescindible mejora en la educación. Siempre hay riesgos, pero el pulcro operativo, la actuación del Procurador General y de los muchos involucrados fue de un profesionalismo que también rescata a la mellada autoridad después de varias pifias, del ridículo. Que Peña gana, seguramente, pero no hay póliza por seis años.
Lo más importante es lo que está detrás, la degradación del liderazgo del SNTE, la locura como guía de trabajo, la prepotencia, dañaron mucho al sindicalismo y a la educación. Esas son las victorias de fondo, la posibilidad de un sindicalismo digno y el rescate del Estado en materia educativa, dar otro paso hacia el fin de esos seres superiores, los Supermexicanos.