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Las Palabras Tienen la Palabra

Nuestra particular manera de decirlo

Juan Recaredo

El arquitecto Héctor Benavides, conductor de noticieros en la Televisión de Monterrey, en 1994 publicó un libro en colaboración con el Lic. Rodolfo Martínez y con la Universidad de Monterrey en el que se hace una interesante recopilación acerca de la particular manera de hablar de los regiomontanos.

Trae vocablos muy regios aunque en muchos casos su uso se comparte con otras regiones dentro y fuera de nuestro querido País.

Dice por ejemplo que una guaripa es un sombrero de ala corta hecho de petate y que le decimos güila a “una mujer fácil, de esas que les gusta andar de un lado para otro” y que así les decimos a ellas por analogía con los papalotes porque, ciertamente a un papalote que en España es una cometa, en Monterrey es una güila o huila como usted quiera llamarle.

Otro vocablo muy regio es guamazo. Un guamazo es un golpe, una bofetada, manotazo o puñetazo o también puede ser el golpe que se da usted al caer, por ejemplo: “me resbalé con una cáscara de plátano y me di un fuerte guamazo”.

Un tipo nagualón para los norteños es un hombre que se esconde tras o bajo las enaguas de la mujer, aunque creo que en este caso se aplica metafóricamente, o sea en sentido figurado a un tipo cobarde, que no le hace frente a los problemas y para ello “se esconde” tras la mamá o la esposa o alguna mujer de la familia que “saque la cara” por él.

A algo que está ubicado muy lejos decimos que está “por anca la madre”… Anca es una forma corta de decir “en casa de…” y a la palabra madre le damos una aplicación muy variada. Entonces un lugar distante o difícil de encontrar, decimos que está “por anca la madre”.

Cuando por flojera haces mal una cosa, es probable que tengas que hacerla de nuevo para que quede bien… Cuando esto sucedía la abuela nos decía “¿Ya ves? El flojo y el mezquino andan dos veces el camino”.

También cuando alguien estaba muy ansioso decía que “está brincando en una pata”, por ejemplo. Ándale, muévete que tu papá ya ha de estar brincando en una pata porque no llegamos.

Si hay algo que parece más fácil de lo que realmente es, se decía que “no es nomás de quitarle la cascarita” y “más seguro más marrao”, otro dicho que se explica por sí solo y en donde la palabra “marrao” es una forma ranchera de decir “amarrado”, o sea, asegurado.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es [email protected]

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Todos con un poco de humor. Pida información a [email protected] o bien al teléfono (0181) 8148 8141 de Monterrey, N. L.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Alfonso Villagrán: ¡Cómo se escribe, bato o vato?

RESPUESTA:

Bato es un hombre tonto, rústico, de muy pocos alcances.

Y me retiro con esta reflexión: toda lengua es un templo en el cual está encerrada, como en un relicario, el alma de quien habla.

¿Cómo dijo?

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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