La "empleomanía" es un término muy utilizado en la administración pública, se refiere al afán con que se codicia un empleo público; se da debido a los compromisos que se adquieren durante una campaña política. Esto genera duplicidad de tareas, lo que hace obesa a una organización y por lo tanto lenta para realizar cualquier trámite, lo que genera más y más burocracia.
Para tener éxito en cualquier organización se deben conjugar factores importantes, tales como; personal altamente capacitado, líderes con visión de futuro que la compartan con los miembros de la organización, metas y objetivos bien definidos, técnicas de motivación del personal, salario bien remunerado, en fin, existen infinidad de técnicas y métodos para hacer eficiente a una organización.
En la administración pública, esos factores no existen, por lo tanto no se da ese éxito tan anhelado por los ciudadanos.
La administración pública debe brindar servicios eficientes a los ciudadanos que satisfagan nuestras necesidades eficazmente.
Los funcionarios públicos son nuestros empleados, ya que nosotros les pagamos con nuestros impuestos, aunque ellos no lo vean así, por ello debe ser personal altamente capacitado.
La gran mayoría de los ciudadanos, si no es que todos, no estamos satisfechos con los servicios que presta la administración pública. Sólo por hacer mención, en Gómez Palacio no se atienden los delitos del fuero común, la inseguridad está a la orden del día en la mayoría de los estados, el suministro de agua es pésimo, tiene arsénico y no hay abasto suficiente, baches en carreteras, colonias sin alumbrado público, mala infraestructura, todo ello conlleva a que empresas no inviertan en ciertas regiones y por lo tanto el índice de desempleo sigue en aumento.
En gran parte esto se debe a la inoperancia y mal desempeño de los funcionarios públicos, ya que se siguen presentando esos fenómenos tan arraigados como "empleomanía" y "aspirantismo", que generan más corrupción como amiguismo y nepotismo. En cualquier dependencia nos encontramos con el amigo del jefe, o con el hijo, hermano, primo, sobrino, etc. Personas inútiles que quieren vivir a costa del erario público.
Los funcionarios públicos deben ser personas capaces e incorruptibles y principalmente fieles al estado y no al gobierno en turno. Es urgente que se ponga en práctica un verdadero servicio profesional de carrera, donde sólo los más aptos desempeñen la función pública.
Actualmente para trabajar en la administración pública, sólo basta con asolearse todo el día en alguna campaña política y con suerte llegará algún "hueso".
Otro factor que influye para el pésimo funcionamiento de la administración pública, es la duplicidad de funciones, es decir, el crear puestos innecesarios para pagar algún tipo de favor político, lo que consecuentemente genera más burocracia.
Pero sin duda alguna el factor más importante que influye en el pésimo accionar del gobierno, es la escasa participación ciudadana. Se dice que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, yo no creo eso, lo que sí creo, es que en nosotros los ciudadanos está la clave para mejorar las condiciones en nuestro país. Tenemos que participar, preguntar, hacer válido nuestro derecho de acceso a la información, presionar a los funcionarios, que sepan que estamos ahí, recriminar a aquellos funcionarios que sean sorprendidos en algún acto de corrupción para que se les castigue o mínimamente sean exhibidos en los medios. Eso realmente les importa. ¡Tenemos que participar!
El IFE sigue vendiéndonos la idea de que la participación ciudadana se limita únicamente al período de campañas políticas, exclusivamente al voto. Nos bombardean con esos tontos spots que sólo sirven para hartar a la ciudadanía, derivando en acciones como el que no voten. ¿Qué acaso no han comprendido que los ciudadanos no somos tontos, ¿realmente piensan que creemos en semejantes tonterías, o ¿qué diablos piensan? Discúlpenme por expresarme de esa manera, pero la verdad esos spots me tienen muy harto. ¡No soy un tonto!
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