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¿Es posible la educación ambiental?

ROLANDO CRUZ GARCÍA

"No hay peor estupidez que atentar contra el planeta"

Anónimo

La necesidad de una educación para el cuidado del medio ambiente, para todos los niveles educativos, surge de la agudización de los problemas relacionados con el deterioro del planeta, principalmente los ocasionados por el "homo sapiens": la contaminación, el deterioro medioambiental, la excesiva basura, la degradación de suelo y agua, el desperdicio y el dispendio de los recursos naturales, etc. Problemas todos que resultan de la implantación de un modelo de desarrollo economicista y neoliberal que se fundamenta, entre otros principios, en la desigualdad social.

Estos viejos problemas se sitúan en nuevos contextos demográficos, económicos, socioculturales y políticos que ponen de manifiesto el requerimiento de una intervención urgente y profunda que transforme la visión ética y científica del problema; la educación es la única vía para lograr tan magnífica transformación.

La formación de una ciudadanía consciente, intencionada y capaz de abordar tan importante labor de preservación, sólo puede ser abordada desde la escuela, con un enfoque integral y globalizado que nos permita visualizar la magnitud del problema y actuar en consecuencia; sobre todo por su profunda implicación presente y futura, lo que conlleva una perspectiva de sustentabilidad.

Al abordar el concepto de sustentabilidad, aplicado al cuidado del medio ambiente, se ha constatado que no logramos ponernos de acuerdo, no sólo en su definición, sino en la forma en que deberá ser abordado en las escuelas para la formación en los niños y jóvenes de una conciencia medioambiental; en lo particular me complace la definición que nos regala el maestro mexicano Tomás Miklos: "Propiciar el desarrollo, preservando las condiciones del medio ambiente, para asegurarlas a las generaciones futuras". Bajo esta perspectiva se vuelve toral trabajar en lo educativo desde ya, para ir formando tan necesarias conciencias en nuestros alumnos.

La educación tiene entonces, la importante misión de contribuir a que los estudiantes desarrollen las capacidades necesarias para desenvolverse como ciudadanos conscientes y capaces de abordar tan relevantes temáticas, sobre todo por su innegable repercusión social: o preservamos el medio ambiente o no habrá más humanidad.

Los esfuerzos educativos deben dirigirse a que los alumnos comprendan a cabalidad las problemáticas relacionadas al deterioro ambiental y puedan elaborar juicios críticos al respecto, desarrollando actitudes y comportamientos responsables y congruentes con el papel que a todos nos toca jugar con respecto al planeta (...finalmente es el único que tenemos y lo tenemos que cuidar).

La intervención de los profesores en educación ambiental no debe verse como la forma de abordar un tema o contenido programático, ni sólo desde su parte declarativa o conceptual, sino desde un enfoque sistémico, interrelacionado y holístico (totalizador), que es desde donde el planeta nos necesita a todos; el resultado será una nueva conceptualización interdisciplinaria y global, que atañe a todas las materias de un plan de estudio, de la vida en sociedad, del trabajo y de los ámbitos de la vida misma. De aquí la necesidad de trabajarla de manera transversal a todas las asignaturas de cualquier plan de estudios.

De la misma manera, desarrollar una educación ambiental en los centros educativos supone una reflexión, un consenso colectivo y una atención pormenorizada, por las profundas implicaciones que tiene en todos los ámbitos de la vida escolar, ya que incide desde la identidad del propio centro escolar, el perfil del alumno que se desea formar, los objetivos generales, la selección y secuenciación de los contenidos, etc.

Como todo eje transversal, la educación ambiental tiene un gran potencial transformador y no sólo desde lo social, sino también desde la propia concepción de los actos educativos, la reflexión sobre la función de la escuela y la construcción de una sociedad enterada y consciente del importante papel que le toca desarrollar en el cuidado del planeta.

La problemática medioambiental ha crecido con una rapidez inusitada, transformando al mundo de una manera sin precedentes en la historia y con una dinámica globalizada, que progresivamente nos recuerda que estamos viviendo en una "aldea global"; lo que implica que las acciones y decisiones que tomamos en cualquier región del orbe tienen consecuencias y repercusiones en todo el mundo.

Aunque la crisis en el medio ambiente se fue gestando desde la revolución industrial, se ha intensificado y multiplicado de manera exponencial en los últimos setenta años, debido principalmente a los procesos socioeconómicos, industriales y tecnológicos que se aceleraron en forma espectacular, hasta alcanzar dimensiones mundiales alarmantes en el presente siglo.

A lo anterior se añade la dificultad de la humanidad para comprender la complejidad de las interrelaciones entre los diferentes sistemas que conforman el medio ambiente y del lugar que ocupa el ser humano en cada uno de ellos; sobre todo, si al hablar del medio ambiente lo entendemos como el conjunto de elementos (incluyendo al ser humano), condiciones, influencias e interrelaciones que afectan la existencia y el desarrollo colectivo del planeta.

En educación para el cuidado del medio ambiente nos falta mucho camino por recorrer, pero por supuesto que es posible lograrla, si es que el tiempo nos alcanza para ello.

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