La secta "Defensores de Cristo", desmantelada el 25 de enero pasado, dejó en México más de cuatro mil personas afectadas.
Encabezada por Ignacio González de Arriba, alias "Maestro Fénix", esta secta operaba en el país desde el 2010, primero en Coahuila, y después en Nuevo Laredo, Tamaulipas; pero su presencia a través de internet estaba en 80 países, donde se calcula que eran 10 mil personas las afectadas.
En conferencia de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), representantes de la Red de Apoyo a Víctimas de Sectas explicaron que el líder de la organización solicitaba 10 mil dólares para llevar a cabo milagros y también abusaba de los menores de edad.
Víctor Flores, representante de los afectados, añadió que las personas no son adictas a estos maltratos y explicó que están a favor la libertad de creencias, pero "el Estado debe proteger a los individuos de grupos que toman a la religión como una máscara para la explotación".
El pasado 25 de enero se logró la captura de los tres principales líderes de la secta, entre los que también están: Losanger José Arenas Segovia, alias "Losito", venezolano, y Shoukri Elmernessi alias "Tito", de origen español.
La aprehensión de los Defensores de Cristo se dio tras de un año de investigaciones y lo concretó la Fevintra, organismo de la Procuraduría General de la República (PGR), en la investigación y seguimiento del caso se contó con la colaboración constante de la Red de Apoyo a Víctimas de Sectas RAVIS Inc., cuyo presidente es el abogado Héctor Walter Navarro y cuya consejera y coordinadora general es Myrna García.
Los presuntos delitos son: tráfico de órganos, "lavado" de dinero, reducción a la servidumbre, abuso sexual contra menores de edad y mujeres, asociación delictiva, ejercicio ilegal de la medicina, estafa y fraude.
El principal señuelo de esta secta, explicaron, eran los cursos de Bioprogramación, así como de temas de salud alternativa, poderes psíquicos y magia, sexualidad, entre otros.
Estos cursos se impartían por internet desde el 2004 y de manera presencial desde el 2010, el precio por recibir esta enseñanza iba desde los mil 300 dólares hasta 130 mil dólares que era literalmente el precio que los adeptos pagaban a Ignacio González, a Losanger Arenas, a Tito, a Belén Segovia Valera, madre de Losanger, a Juan Meléndez Ortega, María del Refugio García Flores, entre otros, para comprar un lugar como "Apóstoles de Cristo" o por una cantidad menor, obtener tu titulo de sacerdote de la Iglesia de los Defensores.
Además, por este pago, los adeptos recibirían dependiendo del monto depositado, hasta un total de 343 poderes sobrenaturales como el de poder resucitarse a sí mismos y a otros, curar todas las enfermedades por imposición de manos, devolver la vista a los ciegos, hacer caminar a los paralíticos, leer la mente y obtener grandes riquezas.
