
El uso de ácido nítrico en el monumento durante la restauración eliminó la pátina que protegía la superficie y una cantidad de metal de la aleación de bronce. (El Universal)
El monumento ecuestre a Carlos IV de España, conocido como El Caballito, sufrió daños irreversibles en 50 % de su superficie durante la restauración ordenada por el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, informó hoy el INAH.
Funcionarios del Fideicomiso ordenaron supuestamente llevar a cabo la restauración y rehabilitación del monumento a Arturo Javier Marina Othón sin la autorización ni conocimiento del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó el organismo en un comunicado.
Los daños ocasionados por la intervención al monumento histórico, ubicado en el corazón de la capital mexicana, ascienden a un millón 415,723 pesos, según el dictamen de una comisión integrada por restauradores especialistas en metales.
El uso de ácido nítrico en el monumento durante la restauración eliminó la pátina que protegía la superficie y una cantidad de metal de la aleación de bronce.
Tras el proceso de restauración, la estatua perdió de manera irreversible el 50 % de esa capa estable que protegía al bronce original, con lo que el metal queda expuesto a nuevos y más agresivos procesos de corrosión.
Aunque el tratamiento con ácido nítrico se aplicó directamente al 35 % de la escultura, indicó el INAH, los daños se extendieron al 50 % de la superficie, tal como se determinó por las manchas en numerosas áreas de la escultura y del pedestal de piedra.
Los ácidos inorgánicos, como el ácido nítrico, se dejaron de emplear en restauración de metales desde la década de 1950, cuando se comprobó el profundo e irreversible deterioro que causan, apuntó en Instituto.
Por otra lado, los encargados de la restauración amarraron los andamios a tres de las cuatro patas del caballo, incluyendo aquella que tiene una grieta visible.
El monumento también sufrió agresiones en el pedestal, donde se aprecian ahora manchas en la piedra por la absorción de la solución del ácido nítrico en los tableros y se incrementaron los daños preexistentes en la piedra.
Después de constatar los hechos, el INAH requirió la suspensión de las obras por no contar con la autorización correspondiente y pidió con "urgencia" restituir los elementos necesarios que garanticen la conservación de la escultura.