"Lo más grave, al abandonar la escuela, es que perdemos a nuestros jóvenes en las drogas o en las filas de la delincuencia"
En la editorial anterior, hablamos acerca del problema del abandono escolar en la mayoría de los bachilleratos del país y de cómo la SEP nos anunciaba el movimiento nacional contra la deserción escolar, principalmente en planteles públicos de todo México.
Además mencionamos datos alarmantes al respecto; de los planteamientos anteriores surgieron los cuestionamientos relativos a qué hacer para evitar dicho abandono y qué estrategias implementar para lograr la permanecía escolar en nuestras escuelas.
Apuntábamos también que una buena comunicación entre padres, hijos, docentes, directivos y alumnos, favorece de manera importante la permanencia, ya que los padres de familia, por ejemplo, son extraordinarios aliados contra la deserción, por el conocimiento que tienen de los jóvenes y por su interés para que continúen en la escuela. Los papás tienen además, la obligación de hacerlo.
Más de la mitad de los padres de los alumnos que abandonaron la preparatoria considera que ellos mismos pudieron haber hecho más para evitar que sus hijos abandonaran la escuela, además de que lo hubieran hecho desde la escuela. Por lo anterior, el abandono escolar debe prevenirse y atenderse desde los hogares de los estudiantes.
Una mayor comunicación de los directores y docentes con los padres de los estudiantes ayuda a estos últimos en su relación con sus hijos para que permanezcan en la escuela y para que tengan mejores logros académicos. La responsabilidad de los estudios de los jóvenes debe ser entendida como una responsabilidad tripartita: estudiante, director y docentes y padres de familia.
Estas acciones inmediatas de prevención y atención ante el abandono, como son el contactar inmediatamente al padre de familia, pueden tener una alta tasa de éxito, porque más de 70% de los jóvenes que abandonaron la Educación Media Superior consideró que fue una mala decisión y más del 70% tiene interés en retomar sus estudios.
Prevenir el abandono y tener respuestas inmediatas ante los casos que se presenten, es importante porque la actitud de los estudiantes que dejaron la escuela muestra que puede evitarse y promoverse una pronta reincorporación. El abandono escolar no debe verse como un dato más. No podemos dar por descontado que nuestros alumnos abandonarán su trayectoria educativa.
Muchas intervenciones exitosas están en manos de los directores, docentes y padres de familia, si se puede hacer algo y si se debe hacer algo, como registrar y dar seguimiento a las acciones emprendidas en el plantel, el abandono se resuelve en buena medida desde y en la escuela.
“Lo más grave, al abandonar la escuela, es que perdemos a nuestros jóvenes en las drogas o en las filas de la delincuencia”
El director, bajo ciertas directrices generales, cuenta con una "Caja de Herramientas contra el Abandono Escolar" que consiste en una serie de manuales impresos breves y ágiles con modelos de rutinas de trabajo y acciones y con materiales de apoyo digitales. Es el director de plantel el responsable de instrumentar las medidas adecuadas y oportunas, según las condiciones del centro escolar.
El cuerpo docente y los padres de familia participan en la detección, desarrollo de las intervenciones y seguimiento de los resultados para prevenir y atender las situaciones de riesgo, que van a recaer en el abandono escolar. Es necesario además documentar cada una de estas intervenciones.
Desarrollar los trabajos desde el momento en que el estudiante ingresa al plantel, que deberán enfocarse a las "situaciones de alerta" desde el primer semestre, desarrollando metodologías participativas para que los directores de plantel involucren a su comunidad académica y a sus padres, en la elaboración e implantación de una planeación participativa contra el abandono escolar.
Muchas veces los planes se realizan como un proceso burocrático y el plan lo realiza el director o el encargado de planeación sin involucrar a los demás docentes ni a los padres de familia, por lo que hay que hay que dar seguimiento al plan para verificar avance en los objetivos trazados, con la idea de aplicar ajustes cuando sea necesario.
La planeación participativa en cada nivel se enfoca a lograr un cambio significativo versus el abandono escolar, tener una meta clara y compartida por todos los miembros de la comunidad, permite dar sentido de pertenencia a todos, alinear esfuerzos, recursos y lograr resultados que en sí mismos serán un incentivo para seguir mejorando.
Para lograr que los alumnos permanezcan será necesaria una transición amigable de la secundaria al bachillerato, mediante estrategias de inducción debidamente planeadas, así como la nivelación en áreas básicas como el español y las matemáticas, los programas institucionales de tutoría académica, así como un definido proyecto de vida.
Otro aspecto no menos importante es el de ubicar a todos los estudiantes en el contexto normativo de la escuela, sus leyes y reglamentos, los programas educativos, los planes y programas de estudio, las formas de financiamiento, los libros de texto, la formación de sus profesores, incluso los salarios del personal, en un ejercicio de transparencia deseable.
Como podemos observar, es mucho lo que se puede y debe hacer para evitar que nuestros alumnos abandonen la preparatoria y se nos pierdan en actividades poco deseables para nuestros jóvenes.
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