
El oficio.- Alejandro Almazán ha publicado crónicas que retratan la violencia. Ha obtenido tres veces el Premio Nacional de Periodismo.
Entre las vanidades de la ficción y la compleja lectura de la realidad, Alejandro Almazán ha logrado construirse una sobresaliente carrera como escritor y periodista. Ha escuchado de cerca la tragedia, ha sentido el aroma de la violencia y sus crónicas son retratos en close-up, que ayudan a entender un México enredado.
En su más reciente libro "Chicas Kaláshnikov y otras crónicas", transitan mujeres sicarias en los estados del norte, asesinos a sueldo con poca suerte y menor futuro, alcaldes y procuradores de mano dura y mecha corta. Una interesante y escalofriante investigación sobre el origen y final criminal de dos fusiles de asalto: un AK-47 y un AR-15.
→ ¿Es más escalofriante el relato de la violencia cuando viene de una mujer?
Sí, por supuesto. Tú estás acostumbrado a creer que la mujer es débil y te das cuenta que al contrario hace mejor las cosas, no se está drogando, es más efectiva con los encargos que le hacen. Lo único que diferencia a un hombre y una mujer en el narco, es que la mujer está pensando siempre en sus hijos, en sacarlos adelante y alejarlos de ese mundo.
La mujeres hacen mejor las cosas. yo no creo eso de que las mujeres manejan mal, las estadísticas dicen lo contrario los que más chocan son hombres, en el mundo del sicariato, las mujeres son más efectivas.
→ ¿Cómo respetar la frontera entre la crónica y la ficción con este tipo de historias?
Mira yo siempre me he dedicado a la ficción, pero he descubierto que la realidad es la mejor ficción. En la ficción a veces tratas de escribir ciertas cosas y son muy absurdas, en la realidad cuando sabes que ocurre, si no supieras que son ciertas, tú mismo dirías que son más absurdas.
Me llama la atención que cuando escribí mi novela El más buscado, la vida novelada del "Chapo" Guzmán, mucha gente me dijo que lo que escribí era cierto. Luego escribo una crónica real me dicen que es ficción. Lo que pasa en que en la ficción tienes algo de coherencia y a la gente le parece realista.
→ ¿Es arriesgado hacer un retrato de un tema que le duele a la sociedad?
En todas las crónicas que va a encontrar el lector, en el libro, va a tener víctimas y victimarios, pero de carne y hueso. No me interesa crucificar a los victimarios o arrojarlos a la leña, a los tiburones, sin antes escucharlos, no para justificar su comportamiento ni los asesinatos, sino para entenderlos.
Conforme entendemos nos damos cuenta que el narco es una industria en la que participan gobiernos, empresarios, políticos y muchos de los que se benefician de ese dinero; no son crónicas que denuncien esta corrupción, pero ahí están, sicarios o sicarias, lo dicen abiertamente.
→ ¿No se está saturando el tema del narco?
Como que hay distintos mundos que está retratando el narco. Hay un mundo que son los comentócratas, que se sienten narcólogos y opinande todo, hablan del narco como Sofía Coppola pudiera hablar del cine. Esta el mundo de los que se encuentran en la línea de fuego y tratan de hacer su chamba pese a todo, en la calle no en el escritorio.
Está el mundo de los que les pasan el expediente y que sólo los trascriben, que terminan siendo sicarios el gobierno. Están lo periodistas que no públican nada y son indiferentes, el mundo de los reporteros quede alguna manera les ha gustado el mundo de la mafia y se meten, terminan siendo los RP del narco.
→ ¿Cuál es tu mundo?
El mundo de los que dicen chin.... yo voy a contar las historias, pase lo que pase me voy a arriesgar, mundo en el que están Diego Osorno, Marcela Turati, Daniel Arrea, muchos, que arman esas historias que ayudan a entender el conflicto. Yo creo que Kapuscinski desde sus enseñanzas, cuando dijo que para conocer algo hay que estar ahí, si no es imposible contar una historia, está más vigente en este tema.
Un periodista de a pie
Alejandro Almazán es periodista y escritor. Estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha colaborado en distintos medios escritos y electrónicos, entre ellos: Macrópolis, Reforma, El Universal y Canal 40. Ha obtenido tres veces el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de crónica. En el terreno literario, ha escrito las novelas Entre perros y El más buscado.