
Labor. Trabajadores inspeccionan el vidrio que está siendo triturado antes de ser enviado a los hornos para su fundido.
Diariamente, camiones cargados de envases sucios de vidrio ingresan a los patios de la planta Procesadora de Materias Primas Industrializables (Promapi) ubicada en una polvosa avenida en Los Reyes, La Paz, en el Estado de México.
Ahí se reciben entre 4 mil y 5 mil toneladas de vidrio al mes, un tercio de todo el vidrio recopilado por Vitro en sus cuatro plantas de procesamiento.
Pese a que el vidrio se puede destruir y volver a utilizar numerosas veces sin que pierda su calidad, en México se recicla menos de una quinta parte del material que se genera y, que en su mayor parte termina enterrado en rellenos sanitarios.
De acuerdo con los últimos datos recabados por Inegi, en 2009 se crearon como desecho 2.2 millones de toneladas de vidrio en el país y sólo reciclaron poco más de 430 mil toneladas o 19%. En la actualidad, se recicla todavía menos: entre 10% y 13%, según la industria.
La recuperación de vidrio proviene de la industria y el comercio u otros establecimientos de servicio que entregan sus desechos a las plantas procesadoras o mediante intermediarios. Más de la mitad del vidrio reciclado procede de envases y el resto de vidrio plano, y se usa en la fabricación de envases para alimentos, refrescos, cerveza, vino, perfumes y medicamentos, así como para cristales de auto, ventanas y puertas de hornos de microondas. Somos el número uno en reciclado de vidrio, dice Javier Leal, gerente de Promapi, una empresa de Vitro.
La empresa regiomontana es el cuarto productor de envases de vidrio más importante del mundo, satisface con vidrio reciclado 23% de sus necesidades de materia prima para la elaboración de envases nuevos. En 2010, a través de sus plantas en Monterrey, Toluca, Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro, Vitro recopiló de la industria envasadora, municipios, hoteles, restaurantes, bares, escuelas, plantas de selección 181 mil 438 toneladas de vidrio desechado, entre envases y vidrio plano, y recicló 112 mil (de un mercado que consumió 2.7 millones de toneladas de vidrio en 2008).
No hay una cultura de reciclaje en la población, las autoridades no la fomentan y han permitido que las plantas procesadoras de basura estén en manos de líderes, dice el dueño de una planta procesadora de vidrio ubicada en las afueras de la Ciudad de México y que pidió no ser identificado. "Si el gobierno pusiera tambos para facilitar el acopio domiciliario, la gente se robaría los tambos y tiraría el vidrio", dice el empresario. El hecho de que la mayor parte de la basura no se separe y termine en rellenos sanitarios facilita que el reciclaje sea un negocio dominado por la especulación, asevera.
NO ES MAL NEGOCIO El vidrio no es lo más atractivo para quienes se dedican al acopio, pero no por eso es un mal negocio. Los centros de acopio venden el kilo de botellas a 40 o 50 centavos a los depósitos, mientras que el PET por lo regular se paga 10 veces más; si los envases son llevados por los greñeros significa que van en costales y sin clasificar, por tanto el kilo se paga entre 60 y 70 centavos. En los depósitos entran en escena los productores de bebidas artesanales, que compran botellas para rellenarlas de aguardiente, pero más importantes son los botelleros, que separan los envases por color y los venden a las plantas de proceso -que en ocasiones son al mismo tiempo productoras de nuevos envases- a un precio de 850 a 950 pesos la tonelada.
ACOPIO EN POCAS MANOS El acopio está en manos de personas y líderes vinculados a los servicios de limpia de municipios y ciudades, que lo venden al mejor postor; en tanto, los grandes procesadores intentan concentrar las compras y mantener los precios debajo de lo que cuestan las arenas y los químicos empleados para hacer vidrio nuevo.
El papel de las procesadoras es recibir botellas sucias y las trituran y separan de residuos, como plásticos y etiquetas para dejar el vidrio en pedazos homogéneos y listos para entrar a los hornos de los productores.
Procesar vidrio reciclado debe costar 30% menos que la fórmula virgen para que convenga a las grandes procesadoras, agrega la fuente consultada, por eso ahora que ésta cuesta entre mil 600 y mil 800 pesos la tonelada, el vidrio para reciclar no puede pasar de mil 200 pesos o de lo contrario no lo compran.
Al manejo de vidrio se dedican cerca de 29 empresas en el país, concentradas sobre todo en el Estado de México, Nuevo León y Distrito Federal, así como 30 mil empleos directos. En la producción de vidrio plano participan grandes corporaciones, como Vitro Vidrio y Cristal, Vidrio y Cristal del Noroeste, la francesa Saint Gobain con planta en Morelos, y Guardian con instalaciones en Querétaro. Otros subsectores son los fabricantes de vidrio inastillable, laminado y templado compuesto de ocho compañías ubicadas en el norte del país, de envases y ampolletas constituido por 14 empresas y de productos varios entre ellos cristalería y vidrio refractario con dos firmas en Nuevo León: Crisa-Libey y Vidriera Santos.
Por lo general, las vidrieras que hacen botellas y frascos mezclan 70% de pedacería de vidrio o cullet con 30% de materias primas vírgenes. El reciclaje de vidrio necesita 26% menos energía que la producción con materias primas vírgenes, pues la fusión en los hornos se logra a temperaturas muy inferiores que cuando sólo se emplean materias primas vírgenes; además genera 20% menos contaminación atmosférica y 40% menos contaminación de agua, según datos de Vitro. El reciclado también libera espacio en los rellenos sanitarios de municipios y ciudades: las 181 mil 438 toneladas recopiladas por la compañía en 2010 se tradujo en un espacio de 362 mil 866 metros cúbicos en los vertederos, según su informe de desarrollo sustentable presentado en agosto de 2011.
EL PLAN VITRO, EN ESPERA DE AVAL En los años 80 México reciclaba más vidrio que ahora, pero era gracias a que pepenadores hacían una separación manual de materiales reciclables en condiciones insalubres y precarias en basureros a cielo abierto.
Se reciclaba cerca de 70% del vidrio que se desechaba, pues había muchos centros de disposición final y muchos pepenadores y era una industria de mucha gente, recuerda Leal.
A mediados de los 90, el gobierno estableció la obligación de crear rellenos sanitarios y prohibir la pepena. Mediante la NOM-083-ECOL-1996, las autoridades establecieron que estos sitios debían contar con una planta separadora, pero la mayoría no la tiene, lo que dificulta el trabajo de acopio de vidrio.
Con el fin de tener un abasto mayor y con regularidad, Vitro tiene convenios con más de 40 municipios, pero son más con los que no tiene acuerdo. Ante la dificultad de negociar caso por caso, Vitro elaboró el Plan de Manejo Nacional de Vidrio, con la idea que sirva como marco para convenios municipales.
El Plan establece desde el precio y las especificaciones del vidrio que compraría Vitro y las dimensiones de las gavetas para la recolección por color (claro, verde y ámbar), hasta el equipo para cargar los camiones y los patios de maniobra. Bajo condiciones similares, también pueden sumarse al plan empresas que desechan vidrio como bares, restaurantes, hoteles, bares y como empresas que transportan el vidrio a las plantas de proceso.
El plan indica a cada sector cómo participar, dice Leal.
Un modelo a seguir para la industria es España, ahí el gobierno y las empresas involucradas en el manejo y transformación del vidrio aportaron dinero para montar centros de acopio a los que la población puede ir a depositar sus envases ya separados.
Industria
Incipiente ha sido el impulso al reciclaje de vidrio.
⇒ 2.2 millones de toneladas de vidrio se desechan.
⇒ 430 mil toneladas fueron las que se reciclaron.
⇒ 19% del vidrio se recicla en el país, según Instituto Nacional de. Estadística, Geografía e Informática (Inegi).