"Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar, para ser buenos, los límites establecidos por la naturaleza."
Hipócrates
EI papá es de rancho, de un lugar llamado Sabinas, Coahuila... Estudió medicina porque quería ayudar a los demás... A base de mucho esfuerzo, y de mucho trabajo, consiguió una plaza en el IMSS, en lo que ahora es el Centro Médico Siglo XXI... Fue pionero de la radiología pediátrica. Gracias a sus investigaciones se empezó a hablar del Síndrome del Niño Maltratado. Fue maestro de muchos radiólogos que ahora andan por el país."
En 1985 el doctor Ubaldo Riojas Dávila, padre de Guadalupe, quien me narra el caso en una serie de correos electrónicos, decidió irse de la ciudad de México a la entonces tranquila Monterrey. Trabajó ahí en la Clínica de Especialidades Médicas hasta su retiro. Hoy tiene 82 años.
En noviembre de 2011 el doctor Riojas tuvo un edema pulmonar que podía ocasionar una afección cardiaca. Se le internó en la clínica 34 del IMSS en Monterrey el 17 de febrero y el 21 de febrero se le operó con éxito. Ya estaba en piso, fuera de peligro, cuando se contagió de una bacteria que, junto a una cadena de negligencias, lo han dejado en terapia intensiva.
Los correos de la hija narran los problemas que las reglas del IMSS generan a una familia que tiene que acampar en los pasillos o en inadecuadas salas de espera por si ocurre algo, pero sin tener acceso al paciente. Registran también los errores médicos que han agravado al paciente, como administrarle diazepam, un medicamento desaconsejado en su condición. La familia tuvo que viajar constantemente de la ciudad de México a Monterrey para esperar en los pasillos o pagar a otras personas para que hicieran esas guardias. Ha tenido también que estar atenta a los descuidos médicos.
Un día un médico dijo a la familia que al paciente se le había administrado dopamina, pero que éste no reaccionaba y parecía a punto de morir. Un hijo del paciente, médico también, se metió a la sala y se dio cuenta de que el medicamento no se había aplicado. Cuando se le administró, el doctor Rioja reaccionó de inmediato. El médico tratante, sin embargo, se molestó con la enfermera por haber informado que era falso que el medicamento se hubiera administrado.
Un comité médico se reunió hace algunos días para decidir si el doctor Riojas estaba sufriendo un "encarnizamiento terapéutico", esto es, la aplicación de terapias médicas sin posibilidad de mejorar al paciente, pero que lo mantienen vivo en condiciones infrahumanas. La decisión fue continuar con los tratamientos.
"¿Cómo es posible que un hombre tan bueno -escribe su hija-, dedicado a la medicina social a través del IMSS, esté pasando por esto? Él ingresó a la clínica con una afección cardiaca que ya superó. Se quedó ahí por una bacteria que adquirió en el propio IMSS... De ahí ha sufrido infinidad de daños que lo tienen al borde de la muerte."
El doctor Riojas se encuentra aún en la clínica 34 del IMSS en Monterrey. Está conectado a un respirador, a un riñón artificial llamado Prisma y a varias sondas. Su corazón late por la administración constante de dopamina. El paciente está siempre sedado porque el dolor de otra forma sería insoportable. El IMSS no permite que se le desconecte y se le saque del hospital. Una vez iniciados los procesos terapéuticos, éstos no pueden ser suspendidos. El resultado, sin embargo, es precisamente ese encarnizamiento terapéutico que convierte a la ciencia médica en un instrumento de tortura.
ANTIMANTENIDOS
Hace unos años la Asamblea Legislativa cambió la ley de divorcio del Distrito Federal para ordenar el reparto de los bienes del matrimonio a su disolución, aun cuando éste se hubiera concertado por separación de bienes. Hoy los legisladores se han dado cuenta de su error y han promulgado una enmienda para que sólo quien ha realizado labores en el hogar pueda recibir los bienes. La llaman la ley contra los mantenidos.
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