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La desvinculación entre la escuela y el mercado laboral

ROLANDO CRUZ GARCÍA

"La experiencia es la mejor fuente del conocimiento"

Da Vinci (Siglo XVI)

S probable que hayamos escuchado expresiones tales como: "la escuela no te enseña lo que tienes que hacer en el trabajo". "Lo más importante lo aprendes sobre la chamba" o "en donde realmente aprendes es en el trabajo"; desgraciadamente estas expresiones tienen mucho de cierto, ya que hemos comprobado que existe una profunda desvinculación entre el mundo escolar y el laboral.

Para contrarrestar dichas afirmaciones es necesario crear puentes de comunicación y de colaboración mutua entre el sector educativo y el sector laboral y productivo; no sólo se trata de tener en las instituciones de educación superior sendos departamentos de vinculación con el sector productivo, que normalmente realizan actividades más bien adjetivas que sustantivas o tener en las empresas departamentos de comunicación social.

Considerar al sector laboral como una importante área en la formación permanente del personal que ya se encuentra en funciones, es ahora fundamental.

Se ha subrayado con frecuencia, que existe un aumento significativo en la demanda de educación para los adultos; al punto de calificarla como una verdadera explosión. La educación de adultos adopta formas múltiples (los sistemas de aprendizaje abiertos y la formación a distancia, por ejemplo), como son la formación básica en un marco educativo extraescolar, la inscripción con dedicación de tiempo parcial en las universidades, los cursos de idiomas, la capacitación profesional y la actualización de conocimientos en áreas específicas como la informática, etc.

En la actualidad, el tiempo consagrado a la educación se prolonga durante toda la vida, los espacios educativos y las ocasiones de aprendizaje tienden a multiplicarse. Nuestro entorno educativo se diversifica y la educación rebasa los sistemas escolares y se enriquece con la contribución de otros factores sociales.

El mundo laboral es también un importante espacio educativo por ser, en primer lugar, el ámbito en el que se adquieren un conjunto de conocimientos técnicos que es necesario que se reconozcan como un importante valor formado en el trabajo. Existen incluso importantes consorcios que ofertan ahora educación profesional con perfiles deseables para las grandes empresas, Vgr. Mc Donald University, La Ford University, La Universidad LaLa - Tec Milenio en México, etc.

La experiencia adquirida en el ejercicio de una profesión y su reconocimiento por parte del sistema educativo, podría establecer sistemáticamente conexiones entre la universidad y la vida profesional con la finalidad de ayudar a quienes deseen ampliar sus conocimientos y al mismo tiempo completar su formación.

El reto es ¿cómo compenetrar la escuela y el mundo del trabajo? En este sentido la enseñanza y el trabajo deben ser responsables del desarrollo y la realización de los sujetos, es por ello que actualmente no se justifica que las personas, llegando a una determinada fase de su vida se inmovilicen por completo, dejando de desarrollar una serie de virtudes individuales, que mucho contribuirían al bien personal y social.

La escuela y el mundo laboral deberán compenetrarse asumiendo cada cual sus responsabilidades: la primera debe proporcionar una enseñanza igualitaria, entendiéndola como aquella que proporcione las mismas oportunidades a todos los actores involucrados en el trabajo y que ello valorice el recurso humano. El segundo debe humanizar las condiciones del trabajo, de tal modo que sea un elemento enriquecedor para el sujeto.

Es indispensable además tener en cuenta los aspectos técnicos y económicos del trabajo y dar mejores calificaciones a los trabajadores, lo que sin duda contribuirá a que se sientan realizados, logren mayores competencias, más conciencia de sus deberes y derechos y finalmente mayor productividad.

Para propiciar el estudio bajo la perspectiva de la educación permanente (en contraposición a la debilidad pedagógica tradicional), el hombre deberá insertarse de manera consistente en la dinámica mencionada; para esto es necesario concebir a la ciencia como el lugar en donde reside lo razonable y que es el resultado de la conjunción entre la profundidad teórica y el conocimiento práctico.

Sin duda que este planteamiento nos impulsa a buscar nuevas alternativas, pues como es ya sabido no podremos enfrentar nuevos problemas con viejos paradigmas.

Este asunto nos conduce de manera natural a repensar en el profesor como agente fundamental de cambio, requerimos de docentes innovadores que a su vez renueven la totalidad del sistema educativo.

La renovación del sistema escolar en este nivel exige la existencia de profesores con características bien definidas: con una profunda visión prospectiva, insertos en la dinámica escuela - proyecto, profundamente vinculados con su entorno, comprometidos con el proceso de educación permanente, canalizadores de un sistema real de valores y con una renovada filosofía educativa.

Es por todo lo anterior que la mencionada vinculación, no sólo es posible y deseable, sino urgentemente necesaria para buscar nuevas implicaciones en un nuevo proyecto de sociedad humana, donde se den reformas, equilibrios y transformaciones. Transformar a la escuela para lograr impactar positivamente en el mundo laboral y profesional, es vital para todos.

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