
Ataques. A diferencia del ataque del 30 de octubre, cuando el edificio del C5 también sufrió un atentado en el que se estalló una granada de mano, ayer no se reportaron heridos. AGENCIA REFORMA
Un comando armado escaló anoche el nivel de armamento para atacar al C5, el principal centro de seguridad e inteligencia del Estado, al recurrir a un lanzagranadas.
El artefacto explosivo fue proyectado alrededor de las 19:10 horas contra la caseta de vigilancia, en la entrada de las instalaciones del centro.
A diferencia del ataque del 30 de octubre, cuando el edificio del C5 también sufrió un atentado en el que se estalló una granada de mano, ayer no se reportaron heridos.
Pero los criminales volvieron a irse, como se ha hecho habitual en este tipo de atentados contra las corporaciones.
Según reportes policiacos, la granada fue arrojada desde un vehículo en movimiento contra el edificio, ubicado en la circulación sur de la Carretera Nacional, a un costado de la delegación de la Cruz Verde de Monterrey.
Agentes que presenciaron el ataque narraron que los atacantes iban en una camioneta pick-up doble cabina de color negro, al parecer una Tacoma, que circulaba por el carril de baja velocidad de la Carretera Nacional, en el cuerpo próximo al C5.
Al estar frente a la corporación estatal, a unos 20 metros de distancia, el vehículo bajó su velocidad y lanzó el artefacto explosivo que detonó en el techo de la entrada, a unos 3 metros de altura, justo debajo de una cámara de circuito cerrado.
En la caseta de vigilancia se encontraban unos cuatro policías de guardia.
De inmediato, los agentes que mantenían la custodia del edificio y el resto de los uniformados salieron para realizar una valla y un cerco con sus unidades, ante el riesgo de que se registrara otro ataque.
Veinte minutos después llegaron los servicios periciales a realizar las investigaciones del caso.
Trascendió que el grupo armado utilizó una granada calibre 40 milímetros.
En contraste con las granadas de fragmentación de mano, que tienen un tiempo predeterminado antes de estallar, los explosivos de lanzagranadas estallan al chocar con una superficie dura.
Hasta el día de ayer, el C5 había sido atacado dos veces.
La mañana del 10 de octubre, el centro fue rafagueado, sin registrarse lesionados o detenidos.
Veinte días después, el principal centro policiaco estatal sufrió un granadazo que dañó un muro de contención y obligó a atender a tres agentes por aturdimiento.
Sin embargo, no es la primera vez que los criminales utilizan un lanzagranadas para atacar una corporación policiaca.
El 7 de noviembre, durante atentados casi simultáneos a tres corporaciones, un grupo de delincuentes utilizó un lanzagranadas para estallar un artefacto contra el cuartel de la Zona Sur de Seguridad Pública del Estado, en la Colonia Independencia.
En esa ocasión resultaron lesionados tres elementos estatales con heridas que no pusieron en riesgo su vida.