
Un detalle. La capilla Paulina (en la imagen) sirve como parroquia en el Vaticano y está separada de la Capilla Sixtina, sólo por una sala.
La mezcla de sucesos históricos y especulaciones sorprendentes, realidad y fantasía que brinda al lector la información necesaria para comprender las intrigas de poder en el Vaticano hace cientos de años, es el eje temático del más reciente libro de Benjamín Blech y Roy Doliner, 'Los secretos de La Capilla Sixtina'.
Hace más de 500 años el pintor renacentista, Miguel Ángel, empezó a trabajar en la que sería una de las obras artísticas más importantes del mundo: los frescos de La Capilla Sixtina. Millones de personas visitan cada año el Vaticano, sin saber que en cada representación se esconden numerosos enigmas.
Se trata de códigos cifrados que ponen de relieve la posición ideológica de uno de los mayores genios del Renacimiento, en una época de intrigas religiosas, conspiraciones y represión, que bien podría haberle costado la vida.
El volumen cuenta la fascinante historia de cómo el pintor italiano ocultó mensajes de hermandad, tolerancia y libre pensamiento en su pintura, para alentar a los compañeros de viaje a que desafiaran a la represiva Iglesia Católica romana de aquella época.
Blech y Doliner revelan lo que Miguel Ángel realmente quiso expresar en las representaciones angelicales, que de manera brillante se mofaban de su mecenas papal, es cómo logró escabullir herejías no ortodoxas en sus representaciones ostensiblemente pías, y cómo fue capaz de cumplir la ambición de su vida, de tender un puente entre la sabiduría de la ciencia y las constricciones de la fe.