EL ENGENDRO es una criatura deforme o de gran fealdad. Así define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua a la palabra engendro. Esto quiere decir que se llamaría engendro a todo ser o a criatura físicamente con grandes rasgos de fealdad o deformidades.
PERO LOS ENGENDROS no únicamente pueden ser los rasgos físicos de una persona o cosa, los hay peores. Se trataría de los engendros ideológicos tal y como los pretenden crear los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática que para esta clase de menesteres se pintan solos. Todo esto viene al tema con motivo de las elecciones para gobernadores de este año, en donde esos partidos no tienen personalidades políticas para postularlas como candidatos.
EN LOS ESTADOS que ambos partidos consideran perdidos para su causa, se les ha ocurrido practicar alianzas para lanzar y apoyar un candidato común. El caso especialmente interesante para nosotros, sería el de Durango, en donde el flamante Delegado Estatal del PAN, Guillermo Anaya busca unir a los diablos con los inmaculados y lanzar un candidato azul, blanco, amarillo y negro como son los colores de los dos partidos.
PERO LO DE MENOS serían los colores, este tipo de alianzas entre partidos de ideologías totalmente opuestas, ponen de manifiesto que no hay congruencia entre el discurso y sus hechos. Es una manifestación más de la deplorable y dañina dictadura de partidos que sufre el país y de la manifiesta y cínica y nihilista que esos partidos hacen de los electores o de su clientelismo político. LOS QUE A DIARIO se tiran del chongo en peleas callejeras y en los medios, ahora cohabitan tranquilos y felices en el mismo tálamo nupcial con singular alegría y regocijo. Cómo puede entonces avanzar nuestra democracia, si los partidos se convierten en engendros de alianzas pasando por encima y pisoteando los estatutos y plataformas de acción de sus propios partidos.
EN DÓNDE QUEDA entonces la solidez ideológica de los partidos. Por los suelos sin duda. Esto no tendría la menor importancia, como decía el inolvidable Arturo de Córdova, si no fuera porque pone a carne viva y de manifiesto, que algunos partidos no lo son tales ni como deberían serlo. Que se trata de entidades públicas mantenidas con nuestros impuestos, más dedicadas al “agandalle” que a sostener y defender los principios ideológicos que estimen como se fundaron.
SE TRATA DE PARTIDOS que no buscan ni tienen otro interés, que el acceder al poder por el poder mismo aliándose, si es necesario, con el mismísimo diablo o con sus enemigos históricos. En un país serio esto no sería posible, pues con ese tipo de alianzas lo único que logra es burlar cínicamente la confianza del electorado y poner con este tipo de alianza en peligro el sistema democrático el ejercicio libre y soberano del voto. Se trata de una unión contra natura entre partidos que no se respetan ni respetan a sus militantes. ¿Qué dirán los místicos del voto (los panistas) del abrazo con los diablos (PRD), el partido que sostiene y que pregona a los cuatro vientos que el presidente Felipe Calderón es espurio? “En política hay que ser como los frijoles de olla, arriba o abajo, ¡pero adentro!”. Filósofo de Güemes, personaje mexicano que se dice vivió en el Siglo XIX.
PERO LOS PERDIDOS le van a todas.
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