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Esteban Arce es el debate, no el mensaje

GENARO LOZANO

NUEVA YORK.- Pobre Esteban Arce. Sus comentarios homofóbicos, clasistas, racistas y misóginos lo convirtieron hoy en el rostro de la intolerancia en México y ese estigma le durará por años. Justo como las personas que no practicamos la heterosexualidad compulsiva y de tiempo completo, Arce hoy será catalogado, señalado, demonizado y excomulgado como intolerante por el terreno de lo que muchos llaman lo "políticamente correcto", y que yo prefiero llamar como un cambio en las percepciones y valores de una sociedad que se cuestiona a sí misma de forma activa.

Sin embargo, creo que el debate no se llama Esteban Arce. Tampoco creo que el debate debería orientarse exclusivamente sobre si sus declaraciones "son nota", pese a que hayan ocurrido en noviembre pasado, como sugirió el periodista Álvaro Cueva. Creo que ésa es una aclaración muy necesaria e importante para lo que concierne al periodismo, pero creo que el debate de fondo es mucho más complejo y gira en torno a los límites de la libertad de expresión, que en México ha sido conquistada como parte de un largo proceso que se ha acelerado desde que el otrora sistema hegemónico de partido único empezara a romperse desde adentro y desde afuera.

No tengo respuestas. El debate sobre los límites a la libertad de expresión, e incluso si es que éstos deban existir o no, debería ser en todo caso interdisciplinario. Ocupa a filósofos, a comunicólogos, a periodistas, a politólogos, a sociólogos, a teólogos, a religiosos, a ateos, a abogados, a expertos y, claro, a ciudadanos que son quienes más activamente deben ejercer la libertad de expresión como un derecho en una sociedad democrática.

A nivel personal y siempre en privado, con otr@s amig@s y colegas que entienden y valoran la aportación intelectual del feminismo además de la ironía y el sarcasmo, #yoconfieso (dirían en Twitter) que yo mismo he hecho bromas sobre las mujeres, sobre los heterosexuales, sobre los negros, sobre los homosexuales, etc. Como cantan los creadores del musical Avenida Q "todos somos un poco racistas"... y homofóbicos y misóginos y clasistas y "humanofóbicos" y "diversifóbicos".

Desde hace años soy fan de varios programas televisivos que experimentan con los límites de la libertad de expresión y que son polémicos. Me voy a referir tal vez al que sea el más polémico de todos y lo es porque se ha metido con todas las identidades personales posibles, con todos los espectros ideológicos, con todas las religiones, con todas las prácticas sexuales y con todas las fobias. Desde 1997 South Park ironiza, debate, critica y "deconstruye". Sus episodios se han burlado de quienes refutan la teoría de la evolución de Darwin, de los votantes que llevaron a Obama a la Presidencia, de celebridades como Tom Cruise, del Presidente Calderón, de las mujeres, de los homosexuales, de las personas con discapacidad, de los ateos, de los católicos, de Mahoma, de Jesucristo, etc.

Los límites de la libertad de expresión llevados al máximo, pero de forma irreverente, inteligente, y de sus geniales creadores, dos judíos que parodian y atacan principalmente a la sociedad estadounidense, la sociedad que a fin de cuentas es la que domina el mundo con sus hábitos de consumo, con sus experiencias bélicas, con su intervencionismo con tufo imperial, pero también con la fortaleza envidiable de sus instituciones democráticas y de su sociedad civil.

Por ello, no tengo respuestas. Nadie las tiene de forma exclusiva. Intento sugerencias para el debate sobre los límites de la libertad de expresión que en el caso que desató Esteban Arce han desatado hoy un debate sobre los contenidos de los medios de comunicación y la regulación de éstos, pero cuyo alcance supera a los medios de comunicación.

¿Cuántas veces has usado palabras de odio, descalificadoras en contra de un vecino, de un amigo, de tu profesora, de tu prima o de un desconocido en la calle simplemente por el hecho de que no están de acuerdo con lo que tú opinas o porque se ven distintos a ti o porque no las conoces?

México está viviendo un momento muy especial con la activación de una sociedad civil joven y organizada, que hoy es más liberal respecto a temas como los matrimonios para parejas del mismo sexo, el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, la eutanasia y otros temas sociales más. Ese activismo está despertando reacciones como la del conductor Esteban Arce. Habrá que ver qué tan elástica es la cuerda de la libre expresión. Lo importante en cualquier sociedad democrática es que se debatan estos temas .

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