NUEVAMENTE Andrés Manuel López Obrador arremetió contra el presidente Felipe Calderón. Todo se originó a raíz de que el Presidente de la República declaró a los medios, palabras más palabras menos: “Que AMLO es un peligro para México”. Ni tardo ni perezoso el que fuera candidato a la Presidencia de la República en 2006, reviró demandándole, “Que lo que debería hacer, es pedir perdón en vez de seguir optando por la mentira y la confrontación”.
DURANTE LA PRESENTACIÓN de su último libro en la Alameda Central de la Ciudad de México, López Obrador acusó también a sus ex compañeros del PRD de padecer amnesia y que ya se habían olvidado que el PAN les robó las elecciones en 2006, pero que él no lo ha olvidado. Seguidamente agregó: Que él no sería capaz esa usar esa frase que le indilgó Felipe Calderón durante la campaña: “Que Andrés Manuel era un Peligro para México”, no obstante que durante sus cuatro años de gobierno han muerto asesinados 30 mil mexicanos.
COMO ES NATURAL, las declaraciones de Andrés Manuel impactaron en el medio político, por lo que varios protagonistas de la vida pública de este país y de los partidos, manifestaron su punto de vista sobre este nuevo enfrentamiento de Felipe Calderón con el aguerrido AMLO (como si Don Felipe no tuviera ya suficientes conflictos y problemas que atender). Pero lo interesante es que todos coincidieron en el punto central del tema.
AL ABRIR UN DEBATE el presidente de este país con AMLO, se causa una grave distracción en el Congreso para atender temas más importantes; no es admisible que a cuatro años de de las elecciones de 2006, sea el mismo presidente quien facilite el enrarecimiento del ambiente, de por sí ya tan conflictivo; que el Presidente no debe volver a hablar de 2006 y que Felipe Calderón debería guardar un comportamiento a la altura de su investidura y representación que ostenta.
TODO ESTE DESORDEN pone en evidencia la falta del más elemental sentido político y de prudencia del Jefe de la Nación, que ahora decide salir a la calle con las mangas arremangadas, sacándose la banda presidencial y en medio de la banqueta ponerse a debatir con un ciudadano, importante y respetable sí, pero finalmente un ciudadano. Es difícil recordar un caso similar en la vida política de este país o de cualquier otro.
ASÍ MISMO, con esta actitud exhibe la presidencia panista las incongruencias y contradicciones de su partido, y además se exhiben las sinrazones del PRD. Por una parte, el partido del sol azteca proclama que el PAN le robó las elecciones y que Calderón es un gobernante espurio, pero por la otra se alía con él y con su partido.
EN ESTE TAN ABATIDO PAÍS son tiempos de asumir la mayor serenidad, prudencia e inteligencia, para poder afrontar todas las terribles cosas que nos están sucediendo y es el Presidente Calderón quien está más obligado a poner el ejemplo.
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