“La muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del Sol y de la Luna y del amor.”
Jorge Luis Borges
Oxford, Inglaterra.- Me encuentro de viaje con destino al Foro Económico Mundial de Davos cuando me entero del asesinato en Tijuana de Rafael Fimbres Hernández. Toda muerte es una tragedia, especialmente cuando es producto de esa violencia sin sentido que se ha vuelto cada vez más común en nuestro país. Pero en este caso la muerte me duele más en lo personal porque, en la creciente cercanía que he adquirido con la tierra y la gente de Baja California, una región de nuestro país que encuentro entrañable, la familia Fimbres es una de las que me han hecho sentir como en casa.
Rafael Fimbres Hernández era hijo de Gilberto Fimbres Moreno, quien junto a su hermano José, fallecido apenas el 21 de septiembre de 2008, y su también hermano Ignacio, formaron la cadena de supermercados Calimax, la cual tiene una fuerte presencia en Baja California. Nadie les regaló nada a los Fimbres. Empezaron desde abajo en un estado y en un tiempo en el que había que construirlo todo.
Calimax, o Central Detallista, tuvo sus raíces en una carnicería establecida en 1939 en la calle Quinta del Centro de Tijuana. Gradualmente se fue extendiendo a la venta de abarrotes en general y se convirtió en una amplia cadena regional de supermercados. Calimax, ha sobrevivido los embates del ingreso de grandes empresas nacionales, como Comercial Mexicana, o internacionales, como Wal-Mart. Actualmente tiene 53 tiendas en Baja California y el Norte de Sonora, lo cual no es fácil en un negocio en que el tamaño crucial, como lo han podido constatar las cadenas pequeñas de supermercados que han desaparecido o que subsisten con dificultades en distintos puntos del país.
El recientemente fallecido José Fimbres Moreno, quien contaba con 78 años de edad, fue no sólo un empresario sino un promotor de la educación en Baja California. Fue fundador y patrocinador del Cetys y del Instituto Educativo del Noroeste (IENAC) de Tijuana. Las veces que tuve contacto con él encontré a un hombre amable que tenía el don de la conversación inteligente.
En agosto de 2003 el también fallecido Jesús Blancornelas, director fundador de la revista tijuanense Zeta, entrevistó a José Fimbres, cuya oficina describió como “simplemente sencilla y por eso funcional.” Hablaron de las circunstancias que estaban llevando al cierre de negocios largamente establecidos en Tijuana. Fimbres fue sorprendentemente optimista: “Las lluvias, las tormentas, nevadas y terremotos son de corto plazo”, le dijo a Blancornelas. “Y todo, gracias a Dios, pasa finalmente. Después vienen días asoleados de hermosa calma y uno puede entregarse a realizar su mejor tarea y esfuerzo.”
La tormenta en Baja California, sin embargo, ha sido ya muy intensa y prolongada, pero no parece amainar. Una tierra árida cuya comunidad trabajadora y comprometida ha enfrentado y vencido desde hace mucho tiempo todos los problemas, parece ahora desmoronarse en medio de la violencia.
La muerte de Rafael Fimbres Hernández no ha sido al parecer, como se temió y se reportó en un principio, producto de un intento de secuestro, de esos que han proliferado en esa región del país. La información disponible en el momento de escribir estas reflexiones es que el empresario fue muerto por un asesino solitario. Pero las razones o circunstancias se desconocen.
La violencia se ha vuelto, de hecho, una presencia constante en Baja California. El mismo día en que murió Rafael Fimbres fue detenido en la carretera escénica Tijuana-Ensenada un asesino de nombre Santiago Meza López, apodado “El Pozolero”, originario de Guamúchil, Sinaloa, quien confesó haber disuelto 300 cuerpos humanos en ácido por órdenes de Teodoro García Simental, “El Teo”, uno de los grandes capos del narco en Tijuana. En este 2009 la lista de ejecutados en Baja California ha crecido de manera impresionante.
Espero que la Procuraduría estatal, a cargo de Rommel Moreno Manjarrez, encuentre pronto al asesino de Rafael Fimbres Hernández y determiné por qué fue asesinado. Deseo también que resuelva tantos otros homicidios acumulados en este 2009 y en años anteriores. Los responsables de la administración pública en el estado y la federación deben entender que la razón de ser de un Gobierno es proteger a los gobernados. Si la autoridad falla en esta responsabilidad, el resultado será no sólo la pérdida de inversiones y la ampliación de la pobreza, sino la pérdida de legitimidad del propio Estado, incapaz de cumplir con su responsabilidad fundamental.
ARTURO ARANGO
Recibo un correo electrónico de la familia de Arturo Arango Durán, un académico dedicado a la investigación sobre el crimen y de quien tengo la mejor impresión. Arango ha sido detenido en Villahermosa, Tabasco, por una supuesta tentativa de secuestro. Es imposible imaginar a este tímido y honesto investigador involucrado en un delito de ésta o cualquier otra naturaleza. Su detención parece ser una venganza o una señal para que no continúe con su labor de investigación. En México, desafortunadamente, las policías no se dedican a impedir el delito sino a utilizar su poder para propósitos indebidos. Las autoridades de Tabasco deben aclarar las circunstancias de esta detención y dejar en libertad a quien no ha cometido ningún delito.
www.sergiosarmiento.com