He comentado con amigos y familiares algo de lo que sucedió en este año, que sin exageración se puede considerar un horrible 2009.
En este año se vivió la etapa más aguda de crisis, recesión, desempleo y hambre, que si bien se inició en el extranjero, encontró en nuestro país un caldo de cultivo perfecto para descomponer aún más la precaria vida de los mexicanos.
En este año perdieron su trabajo miles de compatriotas, calificados o no, cuando las empresas tuvieron que reducir el personal para sobrevivir.
En este año aumentaron los pobres, y al comentar este hecho con mi padre, me recordó los "años del hambre" que se vivieron allá por los años 20.
En este año sufrimos la epidemia de una influenza que no se supo prever, que no se pudo diagnosticar por falta de personal calificado y equipo idóneo y que causó, a más de muchas muertes, una profunda herida en las finanzas nacionales, en la industria, el turismo, etc.
En este año vivimos y seguimos viviendo el terrorismo y la inseguridad por las temibles acciones de los delincuentes de todo tipo, asaltos, robos, secuestros, "levantones", desapariciones, ejecuciones dantescas, incineraciones, toda la gama posible de actos sanguinarios, tantos, que parece que nos estamos acostumbrando a ver y leer esas noticias sin que se revuelva el estómago.
En este año vimos los más grotescos espectáculos políticos, desde elecciones internas amañadas, traiciones entre políticos, violaciones flagrantes a las leyes electorales, desprecio a las instituciones, hasta sainetes dignos de una carpa de tercera, perpetrados lo mismo en la dignísima Cámara de Diputados que en la explanada de una delegación política.
En este año vimos la corrupción en sus más lamentables ejemplos, la de funcionarios y policías convertidos en cómplices de los delincuentes: soplones, ocultadores, jueces venales, ministerios públicos que "se equivocan" al conformar una averiguación, etc.
Y la naturaleza también participó: en este año vimos sequías, inundaciones y deslaves, muerte y destrucción por los elementos que parecen estar fuera de control.
Todo esto sucedió en este año que está por terminar, pero... ¿qué fue lo que no sucedió?
En este año no hubo avance alguno en las leyes que necesitamos; tanto la pasada legislatura como la actual se ocuparon únicamente de "grilla" barata y anodina, saturaron cámaras y micrófonos con declaraciones estúpidas y malintencionadas, diputados y senadores perdieron el tiempo lamentablemente, al final de este año vemos que no sucedió nada que pueda mejorar la vida de los mexicanos.
En este año el presidente se dedicó a hablar, habló todos los días, a veces varias veces en una sola jornada, habló sin parar, alentó, solicitó, exigió, regañó, propuso cambios, ofreció resultados, pero no logró nada.
Eso fue lo que no sucedió, y es tan lamentable que el propio Felipe Calderón dijo que lo mejor del año es que se acaba; sin comentarios.
Mientras vemos llegar el 2010, que esperamos sea "de diez", vayan con estas líneas mis mejores deseos para usted, estimado lector, de salud, paz y bienestar.