
Una ardua investigación está plasmada en las páginas de la obra Apuntes sobre la Educación Jesuita en La Laguna: 1594-2007, de Sergio Antonio Corona Páez.
Un análisis detallado sobre el papel de los jesuitas en el desarrollo histórico de la Comarca Lagunera, los intentos de los primeros misioneros, los afanes durante los siglos coloniales, la expulsión de 1767, el regreso de los jesuitas y una apretada visión de sus trabajos en el Siglo XX, es parte de la ardua investigación plasmada en las páginas de la obra Apuntes sobre la Educación Jesuita en La Laguna: 1594-2007, de Sergio Antonio Corona Páez.
En el marco de la doble celebración de la Compañía Jesuita en la Laguna, los 25 años de presencia educativa superior con la Universidad Iberoamericana Laguna y los 75 años de presencia ininterrumpida de la compañía de Jesús en Torreón, la UIA Laguna publicó este libro para que la comunidad universitaria, docente, investigadora y en general, tenga una noción sobre la importancia educativa de esta compañía en la fundación, construcción y desarrollo de lo que hoy es la Laguna.
El autor de la investigación, Sergio Antonio Corona Páez, es doctor en historia, profesor y coordinador del Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Laguna, cronista oficial y notario histórico de la ciudad de Torreón. Ha sido becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en diversos proyectos. Uno de sus libros más recientes es La Comarca Lagunera, Constructo Cultural, y sus ensayos aparecen en más de 30 libros y revistas académicas. Además Corona Páez es miembro de prestigiosas asociaciones académicas nacionales e internacionales.
- ¿Hay en el libro más de historia jesuita o de historia regional?
Es una especie de combinación de historia regional con historia de la compañía, ya que una cosa no se explica sin la otra, y esto es poco sabido, que los jesuitas por mandato de Felipe II en 1594, fundaron unas misiones aquí, las primeras, y de hecho configuraron el territorio de lo que iba a ser la Laguna.
- ¿Podemos decir que con ellos tenemos los primeros vestigios de la fundación de la Laguna?
En el sentido estricto ellos fueron los fundadores de la Laguna en cuanto a jurisdicción, o como recreación de occidente, en el sentido lato podemos decir que vinieron como educadores, trajeron una cultura que no era la propia de aquí. Es decir, empezaron a accidentalizar la región, son aspectos diferentes de la historia jesuita en la región, por un lado los fundadores laguneros, por otro los civilizadores de los nativos laguneros, y por el otro los educadores de nativos y españoles hasta nuestros días.
- ¿A qué parte de la región llegaron los primeros jesuitas como fundadores de la Laguna?
Ellos integraron el territorio de las misiones básicamente en tres lugares diferentes, pero estos tres lugares formaban una sola alcaldía mayor, la cual era de Parras, Laguna y Río de los Nazas. Esos tres nombres equivalen a tres partidos y cada partido tenía un pueblo de indios como cabecera.
La cabecera del partido de Parras, era Parras, la cabecera de partido de la Laguna, era San Pedro de la Laguna, muy cerca de lo que hoy conocemos como San Pedro de las Colonias, porque precisamente ahí estaba la laguna de San Pedro, y el tercer partido que era el partido de Río de los Nazas, tenía por cabecera el pueblo de San Juan de Casta, actualmente en lo que hoy es León Guzmán, esto es muy interesante porque ya en 1613 estaban configurados los tres partidos, en el esqueleto de lo que hoy es la Comarca Lagunera.
- ¿En su investigación muestra que la Comarca Lagunera fue una sola región política?
Sí, esta es una constancia, era una sola región porque es una sola misión la que llega, son los jesuitas los que le dan integridad física legal, integridad jurisdiccional, ellos conciben la idea y Felipe II sanciona creando la alcaldía. Es decir, es la compañía de Jesús la que define o delimita lo que es nuestra Comarca Lagunera, un territorio de misiones, por lo tanto los españoles tenían prohibido habitar ahí, los indios que estuvieran dentro de las misiones estaban protegidos, contra encomiendas, robo, secuestros, etcétera. Tenían muchas ventajas y es lo que voy explicando a través del libro, porque son cosas que no son muy conocidas.
- ¿Cuáles son las etapas más destacadas en este proceso educativo?
Hay varias etapas, la primera por ejemplo es desde 1594 hasta 1641, cuando la misión deja de ser misión el obispo de Durango seculariza las misiones y se transforman en simples parroquias del obispado de Durango, entonces en ese momento los jesuitas pasan de misioneros a educadores.
Luego de 1641 a 1723, a pesar de que no tenían derecho a tener misiones, el obispo de Durango les pide a manera de favor que sean misioneros en algunos lugares de la Laguna. Menciono un lugar por ejemplo, Venado, Nazas, que en 1729 se estaba estableciendo.
Más tarde, en 1767 cuando viene la expulsión, Carlos III los echa de todos sus dominios y retornan a Parras hacia 1890, y el último periodo es a partir de 1932 a la fecha, que es la presencia jesuita en Torreón, con la educación por la que finalmente siguen modelos del renacimiento.
- ¿Testificas en este texto, como cronista y notario histórico, el aporte jesuita a la Laguna?
Definitivamente, a lo largo de todas las páginas. No ha sido el único aporte educativo en la región, pero ha sido muy significativo, además no son afirmaciones gratuitas, ya que está todo el aparato crítico, respaldado de las referencias, los documentos científicos y demás. Este es un libro muy bien documentado y que pretende aportar a la historia regional.
- ¿Algún dato históricamente curioso en el libro?
Sí claro, todo el mundo conoce las cartas anuales escritas por los jesuitas a sus superiores, lo que no todo el mundo sabe es que se hacían borradores y se espulgaba el material que se consideraba no relevante, entonces no todos conocen esos borradores o cartas secundarias, y sin embargo encuentro ahí una referencia, unas cartas que no pasaron tal cual.
En donde se habla de las naboyas, que son una especie de balsas parecidas a las del lago Titicaca, hechas a base de amarrar junco que crece al lado de los lagos, hacían como terrazas flotantes a las que los indios les echaban tierra y luego construían unas chozas encima, y las usaban para vivir como casas flotantes.
Quien conozca la mecánica de la Laguna de aquellos tiempos, sabe que las aguas se iban retirando, estamos hablando de una laguna de 60 ó 70 kilómetros de diámetro. Vivir en el agua era muy seguro, evitaba confrontaciones con otros indígenas, ataques de serpientes y demás. Ahora no hay en otros textos referencias a estas naboyas, lo cual te muestra la cultura material.