EL DOMINGO PASADO tuvimos de visita en la ciudad de Torreón al que fuera presidente de México durante el sexenio 1988-1994, Carlos Salinas de Gortari, para presentar su último libro “La Década Perdida”. Hombre de luces y sombras como todos, especialmente inteligente y académico muy bien preparado en la ciencia económica. Egresado de la Facultad de Economía de la UNAM y de la Universidad de Chicago, fue uno de los brillantes jóvenes que descubrió Miguel de la Madrid cuando se desempeñaba como subsecretario de Programación y Presupuesto, y a quien incorporó a su equipo de trabajo.
HOMBRE amigo del estudio y de la investigación, pero mucho más de la acción y de la política. Desde sus años de estudiante universitario en la UNAM del Pedregal de la Ciudad de México, integró lo que llamó “El Grupo Compacto” con algunos compañeros de estudio, todos ellos llenos de sueños y ambiciones para acceder al poder y así poder cambiar al país, única manera posible para intentar hacerlo. En aquel grupo ya se distinguía Luis Manuel Camacho Solís como su segundo abordo.
UNA VIEJA AMISTAD que unía a Miguel de la Madrid con don Raúl Salinas Lozano permitió el ingreso de Carlos Salinas en el grupo político que en esos momentos se estaba configurando en la Subsecretaría de Programación y Presupuesto con jóvenes profesionistas, estudiosos y preocupados por la problemática del país.
ADOLFO LUGO VERDUZCO, Manuel Bartlett, Eduardo Pesqueira, Francisco Rojas, Miguel González Avelar, Jesús Silva Herzog, Mario Ramón Beteta, Porfirio Muñoz Ledo, Arturo González Cossio, Ramón Aguirre y Francisco Labastida, entre otros, soñaban con llegar al poder en este país. El tiempo les dio la razón y pudieron gobernarlo durante el sexenio 1982-1988, uno de los más difíciles y conflictivos de nuestra historia, por la serie de problemas heredados en su gran mayoría, por la frivolidad del presidente López Portillo.
LAS IDEAS ECONÓMICAS que el joven Carlos Salinas había abrevado en la universidad de Chicago, hogar de los llamados “Chicago Boys” cuna del sistema neoliberal y de la visión globalizadora de la economía, un asunto muy novedoso en un sistema político de economía mixta y que sostenía una rígida rectoría del estado en los campos de la política económica y social y un control sobre el comportamiento de las fuerzas y factores de la producción.
LA INSTRUMENTACIÓN de esas políticas económicas auspiciadas y promovidas por Carlos Salinas, entraron en conflicto con otros miembros del Gabinete, muy especialmente con Jesús Silva Herzog lo que motivó su renuncia como secretario de Hacienda y Crédito Público.
GANADA la partida en favor de una política neoliberal, la presencia de Salinas de Gortari dentro del grupo de Gobierno tomó una dimensión muy significativa, que finalmente lo convirtió en el candidato a la Presidencia de la República por el PRI.
NADIE PUEDE PONER en duda que durante su Presidencia el país avanzó y creció a tasas nunca antes vistas, logró el Tratado del Libre Comercio que favoreció el incremento en las exportaciones de productos mexicanos, el país creció y se modernizó, pero no todo fue bueno. Por otra parte, se desmanteló al ejido, se retiraron los apoyos a la producción agropecuaria, se vendieron más de 1,000 empresas descentralizadas, algunas con razón, pero otras sin verdadera justificación como el caso de Teléfonos de México hoy la joya de la corona de Carlos Slim. Se reconoció personalidad a las iglesias, viejo asunto que Benito Juárez y los liberales nunca aceptaron. El Estado mexicano perdió la rectoría del Estado y los pobres y marginados quedaron a su suerte frente a un capitalismo salvaje y bajo las frías reglas del mercado y de un mundo globalizado.
SU PRESIDENCIA fue ensombrecida por una serie de complejos asuntos judiciales, mediáticos y comerciales, como los escándalos financieros de su hermano incómodo Raúl Salinas quien finalmente fue encarcelado por Ernesto Zedillo; el asesinato de su candidato a la Presidencia de la República en plena campaña Luis Donaldo Colosio; por la muerte de su gran amigo y alfil político José Francisco Ruiz Massieu y su hermano Mario. Mientras estuvo en el poder, fue temido por los medios, pero una vez fuera del poder el sistema mediático se le tiró a la yugular cosa que sucede hasta el día de hoy.
COMO DIJO EN SU CONFERENCIA, bienaventurado el que vive tiempos diferentes. Él ha vivido años diferentes y difíciles y sin duda aún le faltan muchos por vivir, antes de que decida beber las aguas del sosiego y se recluya a cuidar a sus nietos.
PARA SU DESGRACIA, don Carlos, hombre de luces y sombras, incurre en el repetido error que cometen algunos de nuestros gobernantes: Escribir libros para justificar sus acciones como gobernantes olvidándose de que es la historia la única que válidamente puede juzgar a los hombres públicos.
MUCHO MEJOR SERÍA esperar a que las aguas se tranquilizaran, las pasiones se serenaran y dejar correr el tiempo para que sea la propia historia, la que finalmente diga su última palabra y haga el balance final de sus actos en su paso por la Presidencia de la República.
“Cada hombre carga en sí la condición humana entera”. Michel Eyquem de la Montaigne (1533-1592), ensayista francés.
ACLARACIÓN
En la columna “Ahora sobre el Museo Arocena” del jueves 20 de noviembre, señalé que el proyecto de colocar puestos de ambulantes en la calle Cepeda frente al Museo Arocena es impulsado por el director de Obras Públicas del Municipio, Aniceto Izaguirre, y los arquitectos Eduardo y Abby Aguirre. En realidad, sólo Izaguirre impulsa el proyecto, pues los arquitectos Aguirre trabajan en el Museo Arocena y se oponen a la colocación de ambulantes. Ofrezco una disculpa por la confusión.
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