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Tirar Línea| Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“La primera condición del progreso es la eliminación de la censura”.

George Bernard Shaw

“Tirar línea”, decirle a los demás lo que deben expresar y opinar, es algo natural para los políticos mexicanos. Por eso me imagino que el equipo de diputados y senadores que está redactando el nuevo Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (el Cofipe) ni siquiera se sonrojó cuando incluyó una disposición según la cual el nuevo IFE deberá establecer “lineamientos” a los noticiarios de radio y televisión.

Efectivamente, el texto del dictamen que se ha dado a conocer hasta ahora, y que está preparando un grupo de diputados y senadores de distintos partidos, señala que el Consejo General del Instituto Federal Electoral “se reunirá a más tardar el 20 de septiembre del año anterior a la elección con la CIRT (la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión), a fin de presentarle los lineamientos generales aplicables a los noticieros, respecto a la información o difusión de las actividades de precampaña y campaña de los partidos”.

Pero ¿quién definirá estos lineamientos? ¿Deberán ser los consejeros del nuevo IFE ya no simples árbitros de un proceso electoral sino censores de las opiniones y la información de los noticiarios de radio y televisión?

Un problema es que el IFE sólo está facultado para aplicar la Ley y en ningún lugar de esta reforma electoral se le ha dado al IFE -por lo menos hasta ahora- la facultad explícita de censurar ideas o informaciones. ¿Cuál será la fuerza, pues, de los lineamientos que establezca el Consejo General del nuevo IFE? La verdad es que, hasta este momento, no lo sabemos.

¿Qué significa, por otra parte, que los consejeros deban presentarle a la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión los lineamientos de los noticiarios de radio y televisión? La CIRT no es un organismo que entre sus propósitos tenga el de censurar la información o las opiniones de sus empresas agremiadas o de los periodistas que trabajan en ellas. Como las demás cámaras empresariales de nuestro país, la CIRT es un organismo voluntario -y subrayo voluntario, porque nuestros legisladores al parecer siguen pensando que son organismos corporativistas de afiliación obligatoria- al que se unen las empresas de radio y televisión para defender sus intereses de grupo. ¿A cambio de qué debe convertirse en mensajero de una línea de pensamiento que imponga el IFE?

La CIRT, además, no incluye a todas las emisoras de radio y televisión de nuestro país. De hecho, las televisoras y radiodifusoras del Estado se han mantenido aparte de la cámara. Ésta no incluye al canal 11 del Politécnico, al 22 de Conaculta o al 34 del Gobierno mexiquense. Las estaciones del Instituto Mexicano de la Radio, el IMER, no son parte de ella. Tampoco incorpora a las emisoras de radio y de televisión de los gobiernos estatales y municipales.

¿El que la censura se vaya a ejercer a través de la CIRT significa, acaso, que sólo se aplicará a las emisoras privadas? Las televisoras o radiodifusoras del Estado, o las privadas que no forman parte de la CIRT por decisión propia, ¿quedarán exentas de los lineamientos del IFE?

Por otra parte, ¿qué pasará si las emisoras de radio y televisión o los comunicadores se niegan a aceptar la línea que les tire el nuevo IFE? ¿Se encarcelará a los periodistas que se nieguen a acatar los lineamientos de los consejeros? ¿Se aplicarán multas a las empresas que difundan sus opiniones o sus notas? ¿O podrá el IFE suspender de manera sumaria las transmisiones en las emisoras que a su juicio no se apeguen a los lineamientos?

El Cofipe que se está redactando establece, efectivamente, la pena de “suspensión inmediata de cualquier mensaje o propaganda política o electoral en radio y televisión que resulte violatorio” de la Ley, “sin prejuicio de las demás sanciones que deban aplicarse a los infractores”. Es significativo que, al contrario de la redacción que quedó en el texto constitucional, en el Cofipe no sólo se castiga la contratación de propaganda sino también la difusión de “cualquier mensaje… violatorio” de la Ley. La censura se aplicará a los contenidos de los noticiarios y no sólo a la propaganda de los partidos.

Los políticos que están impulsando la reforma electoral siguen insistiendo en que ésta no establece ningún tipo de censura. Todos ofrecen la misma letanía: “se está afectando la libertad de comercio pero no la de expresión”. No sé si ellos mismos crean lo que están diciendo. Quizá simplemente estén repitiendo la línea que alguien les tiró.

EL SABIO

Nadie que haya hablado en alguna ocasión con Ernesto de la Peña habrá escapado a la fascinación de su cultura. Desde la ópera hasta la floricultura, desde el hebreo hasta el griego antiguo y el sánscrito, desde la crítica política y social hasta la exegesis bíblica, desde Marcel Proust hasta la mineralogía, De la Peña parece ser un experto en todos los campos del conocimiento. Fue redactor de la Encyclopaedia Británica. Ha escrito poesía, ensayo y novela; ha traducido a Mallarmé y a Nerval, pero también los evangelios canónicos. La decisión de ofrecerle un homenaje en el Palacio de Bellas Artes a sus 80 años de edad (nació el 21 de noviembre de 1927) me parece realmente afortunada. Si alguna vez hubo un sabio en México, ése es Ernesto de la Peña.

Página de Internet: www.sergiosarmiento.com

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