Hoy se celebra el Día del Médico; el cirujano Apolo Flores Jáuregui tiene 32 años trabajando en el Hospital Infantil.
Torreón, Coah.- El doctor Apolo Flores Jáuregui, no imagina su vida lejos del consultorio o del quirófano. Desde hace 38 años es pediatra y cirujano y en todo este tiempo nunca se ha acostumbrado a que la muerte ronde a sus pacientes. “Mucha gente cree que los médicos nos acostumbramos a la muerte y al dolor y no es verdad. Por fortuna en pediatría son pocos los niños que fallecen; nuestro deber es salvar vidas y recuperar la salud de nuestros pacientes y éstas sí son satisfacciones que no cambian nunca”.
En el Día de los Médicos que se celebra hoy, el pediatra y cirujano Apolo Flores Jáuregui, habla de esta profesión, misma que define como demandante y celosa como ninguna otra, pues los alumnos de la carrera de Medicina no tienen la oportunidad de trabajar y estudiar a la vez como sucede en otras profesiones.
“Hace 38 años que me recibí, fui el primer egresado de la quinta generación de la Facultad de Medicina. Cursé 11 semestres (cinco años y medio) de la carrera de Medicina, un año de internado, un año de servicio social, más la tesis; después cursé dos años de pediatría y cuatro de cirugía, en total estudié 14 años porque estuve seis meses como jefe de residencia”.
Pero un médico nunca deja de estudiar, advierte Apolo Flores Jáuregui, “nada más en este año llevo tres cursos y haré otro más. Estos años han sido muy satisfactorios y aunque he vivido etapas muy difíciles cuando algún niño está muy grave, no me arrepiento de ser médico”.
Los doctores de antes, dice, eran consejeros y amigos de la familia del paciente, “éramos como un apóstol, como un padre, pero ahora las cosas son diferentes, desgraciadamente nuestra carrera se ha desprestigiado mucho a través de los años. Los médicos antigüitos como yo abrazábamos más la profesión, éramos más éticos”.
En el Hospital Infantil tiene 32 años, siete como director y 25 como Jefe de Cirugía. Apolo Flores también es profesor titular de la Facultad de Medicina, “a nosotros lo que nos mueve es el amor por nuestra carrera porque los sueldos en el hospital y en la Facultad son muy mal pagados, pero es una forma de retribuir a la sociedad”.
Asegura que el médico trabaja por gusto y no por necesidad, “porque por dar clases descuidamos nuestro consultorio particular. No se trata de que hagamos como que trabajamos y ellos como que nos pagan, no, eso no porque tenemos la camiseta bien puesta”.
En el Hospital Infantil se han formado 130 médico pediatras, quienes han tenido mucho éxito en su carrera privada e institucional: “los médicos generales no sobrevive en estas épocas, pues la gente busca especialistas, por eso si no estudiamos o vamos congresos, quedamos fuera de competencia y estamos obsoletos; la medicina, como las computadoras, está en constante evolución, y toda la vida debemos estar estudiando”.
