EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El traje típico de Torreón evoca a la mujer campesina pizcadora de algodón. Su diseño incluye racimos de uva, espigas de trigo y capullos de algodón, resultado de lo que se cultivaba en el rancho de la diseñadora Esperanza Gurza.
Esther Navarro Spengler y Lilia Bertha Sánchez Vizcaíno, quienes investigan a fondo el tema, explican que el traje de lagunera surgió de un concurso organizado en 1945 por el Club Rotario de Torreón, donde se buscaba la vestimenta que habría de representar a la Región Lagunera, pues no había ningún atuendo típico que caracterizara a esta zona.
En medio de una lujosa ceremonia celebrada en los jardines de la jabonera La Esperanza de Gómez Palacio, se determinó que el traje ganador era el diseñado por Esperanza Gurza Villarreal, que durante el baile tradicional fue modelado por su hermana, María de la Luz.
De acuerdo a los datos proporcionados por la revista Nos Permite...?, en su número de junio de 1961, el segundo lugar de dicho concurso fue para Magdalena Briones, quien incluyó en su traje, también de manta, un diseño con sandía y melón.
Para la creación del traje, Esperanza dice que se inspiró ?en el sol ardiente de los campos algodoneros, las manos campesinas que trabajan por el engrandecimiento del país y los productos que constituían la fuente de riqueza de La Laguna de aquella época?.
El traje está hecho por completo en manta y fue decorado a mano con pintura de aceite. El diseño original consta de un vestido de dos piezas con falda circular a media pierna, con racimos de uva, espigas de trigo y capullos de algodón. Sobre la falda, por el frente, lleva una pequeña bolsa amarilla que simboliza el sol de la Comarca Lagunera y es parecida a un delantal, que simula el saco propio para la pizca.
La blusa es cerrada y tiene botonadura atrás, la manga es bombacha ajustada abajo del codo para una mejor movilidad de los brazos y poder efectuar el trabajo de recolección. Debajo del vestido lleva calzonera hasta la rodilla.
La vestimenta se completa con una pañoleta de manta para secarse el sudor, huaraches y una guaripa, hecha de palma de ala regular. En su conjunto, el traje evoca a las mujeres laguneras campesinas que pizcaban algodón en 1945.
?Hay que recordar que la región era meramente agrícola, hasta los 70 todavía se cultivaba mucho algodón, actualmente ya no hay nada?, dice Lilia Bertha. En cuanto al traje típico masculino, éste consiste en un pantalón de mezclilla, camisa de cuadros fajada, botas y guaripa.
El traje diseñado por Esperanza ha sufrido diversas modificaciones y se le han incrementado elementos a la falda, como el puente plateado, que no existía en 1945, o la figura de un Torreón. Esperanza donó su vestido al Club Rotario con la finalidad de que fuera expuesto en algún museo de la ciudad, pero la vestimenta se perdió entre los organizadores.