SAN PEDRO, COAH.- El gerente del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas), Humberto Núñez Sifuentes, reconoció la necesidad de fomentar entre la ciudadanía una cultura de pago por el servicio de agua potable.
El responsable de la paramunicipal, aceptó que se enfrenta un fuerte rezago en el cobro por el consumo de agua potable, el cual se realiza mediante los recibos mensuales, de tal manera que sólo un 40 por ciento de los usuarios cumple con el pago del servicio, tal como lo dio a conocer en su momento el ex titular del Simas, José Rodríguez Zamonsett.
Por tal motivo, al alcalde Jorge Arturo Babún Moreno ordenó que se hiciera un estudio minucioso al interior del organismo operador para determinar las condiciones en que actualmente funciona, y los resultados servirán para aplicar las medidas necesarias a fin de que la ciudadanía pague el agua que realmente consume.
Sin considerar todavía dichos resultados, Núñez Sifuentes aseguró que en los últimos tres años se logró disminuir el desabasto de agua potable, sobre todo en las comunidades rurales donde hasta entonces, se prestaba el servicio en un 60 por ciento, cuando era común que las familias tuvieran en sus casas tambos de 200 litros o pozos de hasta tres metros de profundidad de los que extraían el vital líquido para satisfacer las necesidades diarias del hogar.
Actualmente, dijo, el desabasto es sólo del nueve o diez por ciento de todos los ejidos que integran el municipio, con base en estudios que se llevaron a cabo al término de la Administración Municipal de Emilio Bichara Marcos Wong.
Por tal motivo, a través de diversas actividades, tratará de crearse conciencia entre la ciudadanía sobre la importancia de pagar los recibos que se les envían mensualmente, pues de lo contrario el Simas seguirá estando limitado en la disposición de recursos para efectuar obras de infraestructura en beneficio de la población.
Costumbre
El secretario del Ayuntamiento, Ernesto Caldera Correa, consideró que la cultura del no pago es una costumbre muy arraigada entre la población sampetrina, por la serie de beneficios y paternalismo de que era objeto durante pasadas administraciones.
El representante del Ayuntamiento señaló que años anteriores, la población estaba acostumbrada a recurrir a los líderes o representantes populares, quienes intervenían ante los encargados del organismo operador para que los consumidores fueran objeto de descuentos o condonaciones que finalmente, hacían que la gente no pagara el agua que consumía.
Esta cultura prevaleció hasta antes de la pasada Administración, en la que el gerente del organismo operador comenzó a ser estricto en los pagos y aun así, no se logró que toda la población cumpliera con el pago que le corresponde.
