En abril de 2004 se presentó oficialmente en Roma el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, el cual había sido pensado por Juan Pablo II como un gran proyecto que ordenase y sistematizase toda la riqueza que en poco más de cien años ha venido generando el magisterio de la Iglesia Católica en esa materia.
El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia se inscribirá en el futuro como otra de esas obras magnas realizadas a lo largo del prolífico pontificado de Juan Pablo II en el que como bien recordamos también se promulgó el nuevo Catecismo de la Iglesia y el Código de Derecho Canónico, independientemente de la gran profusión de escritos doctrinales surgidos de su pluma o de los diferentes dicasterios romanos pero siempre con la atenta supervisión del anterior Papa. En las últimas semanas del año pasado el cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia et Pax presentó la versión en castellano de esa monumental obra de recopilación, síntesis y ordenación temática que es el referido Compendio.
El actual presidente del dicasterio encargado precisamente de velar por que las relaciones entre personas y grupos sociales se encaucen bajo esos dos principios básicos de la sociabilidad, hizo una referencia especial a la ingente labor desarrollada tanto por Juan Pablo II como impulsor último de esa iniciativa, como del antecesor en el cargo de la presidencia en el consejo Justicia y Paz, el ya fallecido cardenal vietnamita Xavier Ngu-yen Van Thuan, cuya constancia y clarividencia animaron buena parte de los esfuerzos para llevar a cabo tan impresionante obra.
La doctrina social se inscribe en ese derecho-deber que tiene la Iglesia Católica de presentar a sus fieles: obispos, sacerdotes y laicos, el discernimiento oportuno de los complejos acontecimientos, situaciones y conflictos que enfrenta todo hombre y toda mujer en nuestros días a partir de las cambiantes circunstancias del entorno político, social, económico, científico y cultural de esta post modernidad.
Esta guía pastoral que ha planteado el magisterio de la Iglesia a partir de que el 15 de mayo de 1891 León XIII proclamase la encíclica Rerum Novarum, se inscribe dentro de la Teología Moral católica al presentar sólidos criterios orientadores de muchas de las grandes preocupaciones que afectan a toda persona que tiene que encontrar en esas cambiantes realidades del entorno en el que se mueve, el medio para alcanzar también su destino trascendente.
La Iglesia Católica cuyo fin específico es guiar a sus fieles hacia la santificación, no puede por ello desentenderse de las circunstancias existentes en ese medio ambiente en el que el cristiano tiene que desenvolverse todos los días y en donde se irá construyendo ese camino personal hacia esa meta trascendental. De ahí que las orientaciones emanadas de los documentos que han pronunciado solemnemente los Papas en documentos pontificios específicos de esa Doctrina Social de la Iglesia resulten no sólo útiles, sino necesarias para cualquier persona de buena voluntad.