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México, DF.- ?Nadie puede entrar, es un bautizo privado?, dijo la actriz Edith González en la puerta del Museo Casa de la Bola, cuando los reporteros le insistieron para ingresar a la celebración de su hija Constanza.
?Aunque sea un minuto para tomarte una imagen con la niña?, reclamaron los fotógrafos, pero la actriz se negó y finalmente accedió a explicar sus razones.
?Tengo un compromiso moral con Matilde Obregón -directora de Tv Notas-. Hicimos algo especial con Constanza, un trabajo que ustedes podrán ver muy pronto; pero no se trata de que le haya vendido la exclusiva del bautizo, sino de una causa noble. Cuando lo vean, comprenderán de qué se trata?.
Vestida de riguroso traje sastre blanco, Edith se negó a decir el nombre de la causa beneficiada: ?No se trata de una caridad, es una aportación a una institución muy seria que ayuda a niños. Que quede muy claro, es una deuda personal que tengo con Matilde y un gesto humanitario para darle gracias a la vida de que me haya dado una niña hermosa y sana?.
Edith González entró a la Casa de la Bola cerca de las 11 de la mañana, cuando ya habían ingresado el pintor Raúl Anguiano y el sacerdote José Luis Salinas, encargado de oficiar el bautizo.
Después llegó Leticia Calderón con su niño en brazos y un embarazo de cinco meses; Omar Fayad, sin su esposa Victoria Ruffo, quien estaba ?muy enferma de gripa?; Eugenia Loaeza y Maya Mishlaska.
La tía Cone, una de las madrinas de Constanza, le había comprado una medallita con la imagen de la Virgen de Notre Dame, pero Edith explicó que finalmente llevaría una de la Virgen de Guadalupe que usaron tanto ella como su hermano.
A las 11:30 horas llegó la mamá de Edith con Constanza en una camioneta de vidrios polarizados. Camarógrafos y reporteros rodearon el auto al grito de: ?¡No la dejen pasar!?.
Apurada por ir un poco tarde, la mamá de la actriz dijo que estaba muy contenta y no sabía si más tarde habría acceso a la prensa.
Finalmente, los meseros salieron para meter una caja de champán, una de vino tinto Marqués de Cáceres y una de vino blanco Diamante.
Sobre el padre de la pequeña Constanza, Edith González guardó silencio y compostura:
-¿Va a venir el papá?, preguntaron los reporteros.
-No sabemos.
-Ahhhh, ¿cómo no?
-De verdad, no sabemos.
-¿Pero lo invitaste?
-Está invitado, pero no
sabemos si vendrá.
El bolo fue un libro editado especialmente por Miguel Ángel Porrúa, la comida fueron varios platillos mexicanos y la fiesta en los jardines de la Casa de la Bola.
