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Los nuevos piratas fuera del mar/Del tintero

Fidencio Treviño Maldonado

Lejos quedaron los terrores de los siete mares, Mc.Culler, ?El Flaco Forrest?, ?El Pata de Palo? W. ?Joe? Georges, ?El Tuerto Morgan?, ?El Barba Roja? y ?Barba Negra?, personajes míticos, con loro al hombro, parche al ojo, verdaderas esponjas para tomar vino y con un arrojo temerario para arrebatar el botín a cualquier barco mercante que osara cruzarse en sus aguas. Dos siglos y medio más, aparecen otro tipo de piratas. Artesanos de la tecnología que la toman para lo que fue creada, descubrir nuevos horizontes y vivir de ella sin el mayor esfuerzo. A disposición de todos, en tiendas y por catálogo están aparatos electrónicos de alta definición y de lo más sofisticado, capaces de reproducir y producir sonidos y figuras igual que las originales, con bonitos diseños y traducciones de todo género.

En un dolor de muelas a las dos de la mañana se ha convertido para las autoridades y dueños de ?talentos creadores?, estos nuevos bucaneros que les pifian o fusilan sus obras o productos. Fraudes que a la velocidad de la luz se disparan, clonación de discos y casetes al por mayor, y lo que es mejor para el consumidor: el precio.

A estas alturas cualquiera que pueda tener mil pesos puede adquirir un quemador de CD y comenzar una floreciente industria de pirataje, también las películas en DVD pueden ser copiadas y distribuidas en el comercio informal entre conocidos y entre los mismos negocios de videos a precios bajos.

Me di a la tarea de consultar unas personas de diferentes edades, que les gusta la música e inclusive comerciantes que se dedican a la venta de CD y casetes musicales y todos en lo general, opinaron que los precios de los originales estaban muy elevados y eso es aprovechado por los magnates piratas para que sus productos se vendan.

Algunos precios: CD de ?Jaguares? $176.00 el original, el copiado $20 pesos, Vicente Fernández 175 pesos, fusilado 20 pesos, Luis Miguel 178 pesos, pirateado 25 pesos y así están los de ?U2?, ?El Buki?, ?Juanes?, ?El Gran Silencio?, Alejandro Fernández, los de ?La Academia?, Shakira, etc. pasando por los rancheros, cumbias y norteños como ?Los Tigres del Norte?, ?Pesado?, ?El Recodo?, ?Los Tucanes?, ?Los Cadetes?, ?La Sonora Margarita?, etc., todos fluctúan por los 120 y 150 pesillos, mientras en los tendidos se pueden regatear hasta seis CD o en formato caset, por 100 pesos.

La recaudación fiscal en México es deficiente y la evasión se hace por la vía más simple que es la corrupción, esa mancha que se apropió de dependencias gubernamentales y que ayudada por la burocracia sentaron sus reales, el caso de Juan Gabriel es sólo uno de los miles de artistas que evaden el fisco, unos con oscuras maniobras, otros artistas con el clásico cohecho a los funcionarios. Mientras un programa de Open Office para computadora cuesta con sus cuatro diskettes $850 pesos, el pirata se consigue en $125 pesillos y no se nota la diferencia. La ropa de marca no está descartada en este catálogo incluyendo las marcas deportivas en tenis, shorts, chamarras, cachuchas y otras prendas como Adidas, Atlética, Nike, Pony, etc.

La industria de este submundo comercial es universal y desde que los filibusteros la toman, el autor de equis obra deja su talento en propiedad de todos y sus ?derechos de obras? son manejadas por bandas y mafias, donde los vinos y cigarros no escapan de ser pirateados, lo que es grave no sólo para los bolsillos, sino porque se pone en riesgo la salud.

Obras, pinturas, partituras musicales, prendas de vestir, armas, supuestamente originales o de colección, etc. que son subastadas vía Internet, son pirateadas y estos fraudes una vez llevados a cabo, los truhanes cibernéticos se pierden en las millones de líneas, donde florecen estas prácticas ilegales.

Las muñecas Barby famosas en todo el mundo no están fuera del pirataje y la compañía productora ha dejado de ganar millones de dólares por esta falsificación. Al igual que en las drogas, en el pirateo de productos existen mafias para cada ramo, los casetes y CD, es un grupo en Los Ángeles California, EU., manejada por la mafia china.

Las cachuchas de beisbol y chamarras deportivas son manejadas por los coreanos en Centroamérica. Películas en DVD, se procesan en Houston y Atlanta City en manos de libaneses y árabes.

Los diamantes los manejan los judíos. En perfumes y tapetes mandan los hindúes también en la Unión Americana.

En la Cuidad de México estos productos los maneja la mafia de coreanos, vulnerando toda ley fiscal y judicial. Los productos chinos son otro rollo y aunque no son piratas, su calidad deja mucho qué desear. Sin duda el impacto de los modernos filibusteros ha sido un problema a nivel mundial y su solución no está a la vuelta de la esquina, por lo que representa en el comercio informal y fuera de todo control, en mucho han cooperado los verdaderos creadores por el alto costo de los originales como también influyen las innovaciones tecnoelectrónicas a precios bajos y el fácil manejo con producción industrial y desde luego la corrupción de las autoridades que ante sus narices, previo soborno, llevan a cabo la estafa estos corsarios modernos, no sólo se apoderan y reproducen obras, sino que toman banquetas y calles a discreción y por asalto a plena luz del día bajo la aborregada, indolente y pusilánime mirada que vela y campea en nuestras ínclitas, probas e incorruptas autoridades.

Una solución, aunque muy lejana, es reducir el alto costo de los originales casetes, CD y películas, entre otros productos. Porque parece que nuestras autoridades ante estos nuevos piratas y su ?tecnología? están perdiendo terreno. [email protected]

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