Cuando usted está escribiendo con una pluma, en realidad, si nos atenemos al estricto significado de la palabra, no está escribiendo con una pluma. Está escribiendo con un adminículo…(1) con un objeto que hace lo que antes se hacía con una pluma de ave, que se mojaba intermitentemente en un tintero. Antiguamente así se escribía y así lo vemos en las películas “de época”.
En realidad, escribir con una pluma de ave era costoso y difícil. (2) Ahora hay otras soluciones más cómodas y prácticas, pero a ese adminículo… a ese objeto que hace las veces de la pluma de ave, se le siguió llamando pluma y han pasado siglos y el nombre perdura y parece que seguirá perdurando “por toda la eternidad”.
En nuestro “hablar cotidiano” existen muchas expresiones similares que ya no corresponden a su significado original, ya no se usan en el contexto o en la forma en que se usaban, pero siguen aplicándose, ahora en sentido figurado.
Si me perdona lo “escatológico” (2) del comentario le diré que cuando aparecieron los primeros “excusados” con el llamado sistema “inglés” que es el que más se usa actualmente, el tanque del agua se colocaba en la pared a una altura considerable y de ahí se hacía colgar una cadenita que el usuario jalaba o estiraba, para que el agua fluyera por gravedad hacia abajo y cumpliera su función “de desahogo”.
Luego el sistema fue evolucionando hasta lo que conocemos actualmente, en que la cadenita ha sido sustituía por una palanquita que hay qué accionar, o por un botón que hay que oprimir. Sin embargo se nos quedó la costumbre de decir “estírale al baño” y sólo en algunas ocasiones decimos “bájale…”
¿Bájale a qué? Pues a la palanquita…
El simple acto de colgar el teléfono es una expresión que viene de aquellas épocas en que el aparato era grande y pesado y tenía el auricular, o sea la parte por donde se oye, unido por un cable. Entonces “colgar el teléfono” era literalmente colgar ese auricular en unos ganchos que el telefonote aquel tenía para el efecto.
Desaparecieron esos armatostes, vinieron los teléfonos de disco, luego los digitales y ahora ya hay celulares tamaño pulga, pero se nos quedó la expresión de colgar el teléfono como sinónimo de desconectarlo, aunque la acción tal vez sea oprimir un botoncito.
La palabra átomo significa que es indivisible, que no se puede cortar. Viene del griego a sin y tómos cortar. Sin embargo ya sabemos que el átomo sí se puede dividir y la mejor muestra de ello es precisamente la bomba atómica que al darle en la torre al átomo hace que libere una cantidad de energía capaz de darle en la torre a una ciudad entera, y si no pregúntenle a los japoneses. Todas ésas y otras muchas, son palabras o expresiones que actúan como la suegra… (3)
Por si las dudas
1. Adminículo. ¿Admi quééé? Un adminículo es un objeto que se tiene por si se puede necesitar.
2. Escatológico. Es lo que se refiere o tiene relación con el excremento.
3. Como la suegra. Llegó para quedarse…
Pregunta: ¿Verdad que no se debe decir inflamable porque eso sería lo que no se quema? Al contrario, debería ser flamable lo que se quema e inflamable lo que no… Sra. Concepción Argüelles de Flores.
RESPUESTA. Espéreme doña Conchita. Andamos mal… Ésa es una creencia muy difundida pero inflamable no quiere decir “lo que no se quema”. La partícula in tiene dos aplicaciones: Como “contra” y como “dentro de”. Lo inflamable es lo que se envuelve en llamas, lo que está dentro de las flamas o las llamas, lo que se está quemando o por extensión lo que puede quemarse. La palabra flamable en español no existe.
Frase loca... de remate
Hombre adulto: Ser que deja de crecer en las puntas y empieza a crecer a los lados.
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