Madrid, (EFE).- De los quince códices prehispánicos conservados de la cultura mesoamericana, México sólo guarda medio, mientras que en Inglaterra hay cuatro y en el Vaticano tres, dijo el académico mexicano Miguel León-Portilla, que presenta en Madrid su libro "Códices".
La obra, publicada por la Editorial Aguilar con el subtítulo "Los antiguos libros del Nuevo Mundo", recorre el contenido y la historia de estos códices, llenos de "grifos" e imágenes y elaborados por las escuelas mesoamericanas en piedra, cerámica, tela, piel o papel de amate.
Los códices de la cultura mesoamericana (centro y sur de México y parte de Centroamérica) iban destinados a las escuelas, templos, palacios, mercaderes o sacerdotes y fueron elaborados desde seis siglos antes de la llegada de los españoles hasta los siglos XVI y XVII, etapa en la que fueron elaborados quinientos.
Las lenguas de estos códices, comentó León-Portilla, que fue director del Instituto Indigenista Interamericano y del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de México (UAM), son algunas de las sesenta que existen hoy en México y pertenecen a ocho troncos ling~ísticos, alguno de ellos tan diferentes entre sí como el ruso y el español.
Entre ellas figura la lengua maya de Yucatán, la mixteca de Oaxaca, la nahualt, que ha dado al castellano 35 términos, entre ellos chocolate, jícara, petate, chapapote, cacao, patata o tomate, o las lenguas otomíes o tarascos.
Entre las características comunes que comparten estos códices figuran la pintura en color, impresa sobre una base o barniz, con glifos y signos específicos de cada cultura y figuras "que hablan" en una escritura que no emplea letras sino signos, con un núcleo central y varios afijos, es decir que no necesitan "repositorios de la conciencia".
León-Portilla explicó que la cultura de estos pueblos se transmitió a través de estelas y monumentos de piedra y posteriormente de cerámica, así como en hueso, papel elaborado con ficus de anate o pergamino de venado, y que son "un espejo en el que se refleja su visión del mundo y su forma de resolver los problemas".
En ellos transmitieron información sobre la educación, el comercio, el sistema tributario o la administración pública, además de Cartografía, Astrología y Astronomía.
De los quince códices conservados, en París se encuentran dos, en Viena, donde también se encuentra el tocado de Moctezuma, dos y medio (el que completa el de México), en Alemania uno y en España otro.
El Códice Nuttall, hoy en el Museo Británico, es la representación de la boda de una princesa Mixteca, con fechas exactas, dignatarios, tributos, invitados y ceremonias, el Códice Badiano, realizado en torno a 1550, fue regalado por el Papa a México, pues se encontraba en el Vaticano, donde todavía se conserva el códice Borgia, con los rituales del culto al sol durante el día.
El códice de Madrid, llamado Tro-Cortesiano, está plegado de forma especial y uno de los códices conservados en un herbolario que sigue siendo consultado hoy por las compañías que elaboran fármacos, agregó Miguel León-Portilla.