SALTILLO, Coah.-- Mes a mes se incrementan en un 30 por ciento los casos de atención sicológica a las víctimas de la violencia intrafamiliar, que presta la Procuraduría del Estado (PGJE), a través de su Dirección de Prevención del Delito y Atención a Víctimas. Tan sólo de marzo a agosto, desde que se creó esta área como “la otra cara” de combatir el delito, se brindó asistencia a 255 personas perjudicadas emocional y físicamente por haber sufrido de golpes o abuso sexual.
“Esto es un problema social muy fuerte, que se va arraigando y trasmitiendo de generación en generación y se incrementa geométricamente. Un padre golpeador con cinco hijos, origina dos o tres padres golpeadores y así va en aumento la violencia intrafamiliar”, expresó la directora de Prevención del Delito y Atención a Víctimas, Martha Flores Prida, sicóloga, investigadora y catedrática con amplia experiencia en su profesión, al hablar de la otra función que tiene la PGJE.
SE ESTA APRENDIENDO A DENUNCIAR
Flores Prida, explicó que la gente víctima de la violencia intrafamiliar está a aprendiendo a denunciar. “Antes la mujer se callaba de la violencia que sufrían ella o sus hijos, víctimas del padre de familia”.
Dijo que hace años la gente no sabía que la violencia intrafamiliar era delito, “pero todavía es más lo que se calla que lo que se denuncia”.
Indicó que al recibir a las víctimas, se les da una plática para que sepan que es y que no es un delito. “Antes, se creía que la violencia intrafamiliar era una cuestión muy personal que sólo le interesaba a la familia, pero interesa a toda la sociedad por sus consecuencias, no sólo para quien la sufre”.
ROMPER CON LOS PATRONES DE HERENCIA
Aseguró que en esta labor de la Procuraduría, se busca detectar los patrones de herencia de la violencia intrafamiliar y romper las cadenas generacionales, porque su crecimiento se va desarrollando geométricamente.
Expresó que se trabaja en dos vertientes: Una, que es la labor preventiva que se hace entre niños, adolescentes y padres de familia, mediante cursos, orientaciones y pláticas que se imparten en las escuelas para detectar y prevenir delitos sexuales o agresiones físicas.
La otra área, agregó, es la atención personalizada a la víctima mediante los terapeutas de la Procuraduría o a los familiares de quien sufre ataques físicos, y además de la terapia se le brinda asesoría legal.
20 AÑOS DE ATRASO
Dijo que esta tarea de desterrar la violencia intrafamiliar debió iniciarse desde hace 20 años, cuando menos, y que ahora es difícil porque se va arraigando de generación en generación y ampliándose de manera proporcional al crecimiento del número de familias, debido a nuestra cultura machista, entre otras cosas, donde la mujer todavía calla y a veces aguanta el maltrato durante años.
“La policía y los ministerios públicos se desesperan, porque hay mujeres que denuncian a sus maridos que las golpean, los encarcelan, los perdonan, salen y las golpean otra vez y así durante años”, expresó.
Dijo que es muy común que las mujeres sean golpeadas dos, tres, cuatro, cinco veces, pero se aguantan por falta de opciones porque la gran mayoría apenas tiene una escasa preparación, no trabajan y muchas de ellas se casaron de 14 años y para los 30 ya llevan muchas golpeadas.
“La violencia intrafamiliar también se da en las clases altas, pero quien la sufre se va a Houston o a Monterrey a recibir atención sicológica, no vienen aquí obviamente”.
ENSEÑAR A LOS MAESTROS
Indicó que en promedio la Dirección de Atención a Víctimas atiende hasta cinco casos al día de mujeres maltratadas, aunque también se presentan maestros de las escuelas de los niveles básicos a denunciar que alguno de sus alumnos es maltratado o que alguna de sus alumnas sufre de violencia sexual.
Destacó que la PGJE esta trabajando en implementar un programa especial destinado a los maestros que se llama “El Maestro y su Función Preventiva”, a fin de que los profesores sepan detectar entre sus alumnos síntomas de que algunos sufren de maltrato físico o violencia sexual.
“Muchas veces las niñas, por ejemplo, se abren más con sus maestras que con sus mamás, y además hemos tenido casos de maestros que vienen de otras partes del estado a denunciar que algún alumno o alumna es víctima de la violencia intrafamiliar”, dijo.
EDUCAR SIN VIOLENCIA
Flores Prida, dijo que uno de los programas de la Procuraduría, “Educar sin Violencia”, tiene como fin evitar el maltrato infantil en la familia y enseñar métodos disciplinarios sin violencia, sin golpes. De esta estrategia que es un curso-taller, ya se impartieron de marzo a agosto de este año más de mil pláticas entre los padres de familia.
“Este programa pretende prevenir el maltrato a los menores proporcionado a los padres de familia alternativas de educación, basadas en la comunicación afectiva, la convivencia armónica y capacitarlos en normas y procedimientos de disciplina, sin acudir al maltrato físico o mental”, precisó.
LA OTRA CARA DE COMBATIR EL DELITO
“Esta tarea es la cara humana y amable de la Procuraduría, y desde marzo de este año se creó esta dirección y se implementaron diversos programas, ya que la forma más efectiva de combatir el delito es mediante la educación y la prevención desde los primeros años del ser humano”, indicó Flores Prida.
Dijo que ahora la Procuraduría busca la prevención y atención del delito. “Antes era persigue al delincuente, atrápalo, y demuéstrale su culpabilidad. Pero ahora nuestra obligación es atender también a la víctima del delito, que en nuestro caso se trata de la violencia intrafamiliar tipificada en el Código Penal de Coahuila en su artículo 310”.
Antes de finalizar la entrevista, Flores Prida pidió por este medio a las mujeres afectadas por la violencia intrafamiliar, a los maestros y a toda aquella persona que sepa de algún caso de maltrato físico o abuso sexual lo denuncie al teléfono 01 800 71 84 084.