Pasado mañana se cumple el plazo que fijó el presidente Andrés Manuel López Obrador a todas las partes involucradas en el proyecto Agua Saludable para La Laguna para ponerse de acuerdo y retirar todas las acciones judiciales que se habían interpuesto para impedir llevar a cabo la multimillonaria obra.
O se retiran los amparos y cualquier instrumento legal que esté estorbando o el dinero se va para otro lado, sentenció el presidente, quien en el mismo acto encomendó a los gobernadores de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, y de Durango, José Rosas Aispuro Torres, junto a los nueve alcaldes de La Laguna, 5 de Durango y 4 de Coahuila, la misión de hacer todas las gestiones pertinentes para que cualquier litigio en contra de la colosal obra hídrica fuese retirado.
La realidad es que pasado mañana no vendrá el presidente, lo cual paradójicamente es una buena señal. Es evidente que aún no se ha logrado el consenso y en estricto sentido si el primer mandatario se apegase a su palabra, Agua Saludable para La Laguna sería por ahora un proyecto fallido.
Trágico sería presenciar el lunes que una obra de tal calado económico y que sin lugar a dudas vendría a amainar el paulatino pero irremediable envenenamiento colectivo que está ocurriendo en la región a miles y miles de laguneros, producto de las altas concentraciones de arsénico que contiene el agua que se extrae del subsuelo y de la cual se surte el 100 % de las casas y habitaciones de toda la comarca.
Nadie puede negar que el actual presidente es el único que realmente ha hecho una propuesta para regresarle la capacidad a La Laguna de contar con agua libre de este metaloide. La sobreexplotación de los mantos freáticos de la región en aras de una no sustentada producción agroindustrial llevaron los niveles de aguas del subsuelo cada vez a una mayor profundidad, justamente donde se alojan junto al vital líquido sales y minerales que pueden resultar, cuando se encuentran en proporciones altas, venenosas, como el dichoso arsénico.
Ante la amenaza de López Obrador de abandonar esta propuesta y llevarse el recurso a otra parte, acción que podría tomar con toda legitimidad debido a su investidura y sus potestades como titular del poder ejecutivo federal, en general todas las autoridades locales lograron un rápido consenso que se tenía que trabajar en pro de conjurar cualquier traba pronto so pena de que Andrés Manuel decidiera retirar el recurso.
Miguel Riquelme y su Gobierno están haciendo su parte. El alcalde Jorge Zermeño, quien está a poco más de 90 días de terminar su mandato y entregar el poder a un partido distinto al suyo, en un principio no demostró mucho entusiasmo en acatar lo que el presidente había dispuesto, pero con el tiempo y con responsabilidad se ha sumado al proyecto. La alcaldesa de Gómez Palacio, Marina Vitela, al ser de extracción morenista y con aspiraciones a ser candidata por su partido, claro se alinea. Homero Martínez Cabrera de Lerdo está en otra postura.
Arguyendo que su municipio, al estar justo al borde del río Nazas antes de ser acanalado en la represa de San Fernando, tiene disponibilidad de agua libre del arsénico, puesto que la propia agua que corre 4 meses por el cauce del Nazas le permite mantener mejores niveles en sus pozos de agua que el resto de la Comarca Lagunera, el alcalde Martínez de allí se sostiene para no verse tan apurado en resolver un problema que sus gobernados en principio no tienen. Así que el presidente de Lerdo claramente se ha mostrado más reacio a aceptar sin chistar como los gobernadores, alcaldes y casi todos los sectores de la sociedad ya lo han hecho.
Con fines como negociar con Conagua la condonación de derechos de extracción que Lerdo le debe a la dependencia federal, que ascienden a más de 78 millones, y que Comisión Federal de Electricidad le compre a un mejor precio las aguas grises que hoy Lerdo le vende a Empresa Productiva del Estado, Agua Saludable le daría a su administración el monto para la reparación de las líneas conductoras del agua potable a los hogares y hasta las condiciones en las que dejarán a los ejidatarios del módulo 03 con residencia en su municipio, entre otras más peticiones en las que en general coincide con otros alcaldes; Homero Martínez se está convirtiendo en una figura relevante, para bien o para mal, del destino que alcance el proyecto.
Ojalá que las intenciones del presidente Martínez Cabrera sean realmente genuinas, puesto que en el discurso así parece, y no sean motivaciones meramente personales en su afán por impulsar su propia carrera política, que tiene como primera estación la aspiración a la reelección el año entrante o algo más, incluso el impulso a su señora esposa, la diputada Susy Torrecillas, ya que de ser así, qué lamentable sería para todos. Sea cual sea el fondo que motive al alcalde lerdense, es claro que hoy está siendo figura preponderante en Agua Saludable.
