El historiador y magistrado en retiro Jesús Sotomayor Garza, presenta la más reciente reedición de su libro El nuevo derecho agrario en México, publicado por Editorial Porrúa. (SAÚL RODRÍGUEZ)
Esta nueva edición, además de contar con la estructura nata con la que fue diseñado el libro en 1993, se anexan nuevos temas como la distribución y administración del campo en la época prehispánica.
“Los aztecas tenían una organización agraria de primera. Tenían varios tipos de tierra, desde el milchimalli, el altepetlali y el calpuli”.
El libro aborda aspectos sobre la doctrina, para ubicarse en qué clase de derecho público, privado o social, se debe ubicar el derecho agrario. También indaga en el surco de la historia sobre qué pasó y cómo empezó este derecho en México, a través de las etapas históricas, hasta llegar a la actual Ley Agraria de 1992.
La primera ley
Sotomayor, quien es estudioso de la historia y apasionado del derecho, comentó que el derecho agrario en México surgió con la ley del 6 de enero de 1915.
“Fue la primera ley con la cual se manejó todo lo referente al problema agrario que existía en la época a la que nos estamos refiriendo. Por ejemplo, la cuestión del reparto de tierras”.
El autor de esta primera ley fue el jurista Luis Cabrera. La ley contenía dos partes: la restitución y dotación.
“Ya se hablaba de repartir la tierra a aquellos que no tuvieran tierras, que eran la gran mayoría del pueblo mexicano. Por eso se habla que esta ley del 6 de enero de 1915 es la primer disposición legal que se manejó ya en una forma muy técnica”.
Algunos antecedentes de esta primera ley pueden ser el Plan de San Luis (1910) y el Plan de Ayala de Emiliano Zapata (1911). Este último tuvo como característica que por primera vez se mencionó la necesidad en México de crear un tribunal agrario, lo cual se cumplió hasta 1992 cuando se diseñó la Ley Agraria vigente.
Capítulo pendiente
El historiador comentó que en un futuro tiene pensado anexar un capítulo sobre el reparto agrario en La Laguna. Lo define como ‘la gran espera’, pues La Laguna dio muchos hombres a la Revolución mexicana, pero estos no luchaban por la cuestión democrática, sino por la falta de tierras.
“Desde Zapata, desde Madero mismo, hablaban de restituir, hablaban de comprar tierras para repartir a los ejidatarios, a los hombres del campo. Desafortunadamente nunca se dio nada en concreto, de tal manera que cuando empieza la Ley Federal de Reforma Agraria, ya se habla, desde el Plan de Ayala de Emiliano Zapata, sobre dotación. ¿Qué era la dotación? Darle a un grupo de ejidatarios un pedazo de tierra para que hiciera un ejido, una comunidad agraria”.
Para el historiador, es importante conocer la evolución del derecho agrario, ante el hecho de que quien no conoce su historia está destinado a repetirla.
“Aquí vemos cómo en cada época histórica hubo acaparamiento de tierras tremendo. La Laguna no fue la excepción, la propiedad agrícola estaba en unas cuantas manos. Hasta 1936 se dio el reparto agrario en La Laguna, por eso hablo de la ‘larga espera’. La gente del campo en La Laguna no gozó las mieles de la Revolución de inmediato”.
⏰
