Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

Pequeñas especies

Los viejos años de un veterinario

MVZ FRANCISCO NÚÑEZ.-

Cómo no recordar los viejos anales con gran satisfacción dedicados a los animales, pasión que hizo vivir los mejores años de mi profesión. Rodillas inflamadas, dolor de espalda, vista cansada, y otras patologías, no llegaron con la edad, fue reflejo del trabajo y de los retos, ahora le llaman crisis, a lo que siempre ha existido, y afortunadamente siempre hemos vencido.

Agradables acontecimientos han surgido desde antaño, puedo decir con satisfacción, fue a causa del respeto que viste nuestra profesión. Herencia de colegas que ya partieron, que gran escuela nos legaron. El señor los tenga de consejeros, descansando al fin de los establos lecheros.

La competencia es buena y necesaria, bienvenida esta, pero cuando es deshonesta, actúa como cáncer de gremios. Continuemos ondeando la bandera que caracteriza nuestra carrera, con los tonos de: Ética y honestidad. Que agradable el día que busquemos una meta global, aunque los seres vivos siempre han gozado de gran variabilidad, como lo dijo en su libro, Darwin, sobrevivirán los organismos más capacitados, y mejor se adapten al medio; con perseverancia y ética profesional.

Que gran agradecimiento a todos los colegas por esos alimentos de origen animal, libre de enfermedades que consumimos a diario, atrás de este sustento se encuentra tu sagrado trabajo. Ganando al sol de cada día y de cada año, te diriges a establos atendiendo partos, cirugías, inseminaciones, sin un patrón que te pensione. Cuando enfrentas la gran mortandad de lechones en granjas a tu cargo, y logras vencer la enfermedad, envejeciendo diez años de tu edad. Cuando tu labor es el diagnóstico en el laboratorio, fundamental para identificar la causa de intoxicación de arsénico en el alimento, en la epidemia del ganado. Gracias a tu continua preparación para seguir transmitiendo frescos conocimientos en aulas de futuros colegas.

Que rápido se fueron los años, pasaron a diario como hojas de calendario. Inicié en poblados mi profesión, aliviando animales enfermos de triste expresión, como hospital un viejo corral de tablones, y la paja seca de mesa de operaciones. Pasaron los años y de las pequeñas especies me enamoré, regresando al salón con cuatro retoños en formación, compensándome después la vida, con tres hijas veterinarias. Remendé perros y gatos con devoción, que mayor satisfacción ver su sonrisa cuando sanaban, llegando mi atardecer con un corrillo de criaturas agradecidas. Y cuando me llamen a cuentas, en el cielo de los perros me estarán esperando con su rabo abanicando, presumiendo al Señor con ladridos de colores… ¡Es el de la bata blanca, que alivió nuestros dolores!

¡Feliz día del veterinario!

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Pequeñas especies

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1972636

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx